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mi juez se muestra cruel para conmigo, mi llaga es incurable, aunque no tengo culpa.» (Job 34, 6)
Si el río va bravo, no se inquieta, firme está aunque un Jordán le llegue hasta la boca. (Job 40, 23)
Aunque ellos intenten daño contra ti, aunque tramen un plan, nada podrán. (Salmos 21, 12)
Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan. (Salmos 23, 4)
Aunque acampe contra mí un ejército, mi corazón no teme; aunque estalle una guerra contra mí, estoy seguro en ella. (Salmos 27, 3)
Por eso te suplica todo el que te ama en la hora de la angustia. Y aunque las muchas aguas se desborden, no le alcanzarán. (Salmos 32, 6)
aunque caiga, no se queda postrado, porque Yahveh la mano le sostiene. (Salmos 37, 24)
aunque sus aguas bramen y borboten, y los montes retiemblen a su ímpetu. (¡Con nosotros Yahveh Sebaot, baluarte para nosotros, el Dios de Jacob!) (Salmos 46, 4)
Aunque en vida se bendecía a sí mismo - te alaban, porque te has tratado bien -, (Salmos 49, 19)
En paz mi alma rescata de la guerra que me hacen: aunque sean muchos contra mí, (Salmos 55, 19)
Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra, a ti no ha de alcanzarte. (Salmos 91, 7)
donde me pusieron a prueba vuestros padres, me tentaron aunque habían visto mi obra. (Salmos 95, 9)
