Encontrados 323 resultados para: Vuestra

  • En este año jubilar recobraréis cada uno vuestra propiedad. (Levítico 25, 13)

  • En todo terreno de vuestra propiedad concederéis derecho a rescatar la tierra. (Levítico 25, 24)

  • También podréis comprarlos entre los hijos de los huéspedes que residen en medio de vosotros, y de sus familias que viven entre vosotros, es decir, de los nacidos en vuestra tierra. Esos pueden ser vuestra propiedad, (Levítico 25, 45)

  • No os hagáis ídolos, ni pongáis imágenes o estelas, ni coloquéis en vuestra tierra piedras grabadas para postraros ante ellas, porque yo soy Yahveh vuestro Dios. (Levítico 26, 1)

  • El tiempo de trilla alcanzará hasta la vendimia, y la vendimia hasta la siembra; comeréis vuestro pan hasta saciaros y habitaréis seguros en vuestra tierra. (Levítico 26, 5)

  • Yo daré paz a la tierra y dormiréis sin que nadie os turbe; haré desaparecer del país las bestias feroces, y la espada no pasará por vuestra tierra. (Levítico 26, 6)

  • también yo haré lo mismo con vosotros. Traeré sobre vosotros el terror, la tisis y la fiebre, que os abrasen los ojos y os consuman el alma. Sembraréis en vano vuestra semilla, pues se la comerán vuestros enemigos. (Levítico 26, 16)

  • Quebrantaré vuestra orgullosa fuerza y haré vuestro cielo como hierro y vuestra tierra como bronce. (Levítico 26, 19)

  • Vuestras fuerzas se consumirán en vano, pues vuestra tierra no dará sus productos ni el árbol del campo sus frutos. (Levítico 26, 20)

  • A vosotros os esparciré entre las naciones, y desanvainaré la espada en pos de vosotros. Vuestra tierra será un yermo y vuestras ciudades una ruina. (Levítico 26, 33)

  • Los hijos de Aarón, los sacerdotes, serán los que toquen las trompetas: este serán un decreto perpetuo para vosotros y para vuestra descendencia. (Números 10, 8)

  • Cuando, ya en vuestra tierra, partáis para el combate contra un enemigo que os oprime, tocaréis las trompetas a clamoreo; así se acordará Yahveh, vuestro Dios, de vosotros, y seréis librados de vuestros enemigos. (Números 10, 9)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina