Encontrados 175 resultados para: Venido

  • Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre.» (Juan 16, 28)

  • Entonces Pilato le dijo: «¿Luego tú eres Rey?» Respondió Jesús: «Sí, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para est he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.» (Juan 18, 37)

  • Se levantó y partió. Y he aquí que un etíope eunuco, alto funcionario de Candace, reina de los etíopes, que estaba a cargo de todos sus tesoros, y había venido a adorar en Jerusalén, (Hechos 8, 27)

  • Todos los que le oían quedaban atónitos y decían: «¿No es éste el que en Jerusalén perseguía encarnizadamente a los que invocaban ese nombre, y no ha venido aquí con el objeto de llevárselos atados a los sumos sacerdotes?» (Hechos 9, 21)

  • Pedro bajó donde ellos y les dijo: «Yo soy el que buscáis; ¿por qué motivo habéis venido?» (Hechos 10, 21)

  • Por eso al ser llamado he venido sin dudar. Os pregunto, pues, por qué motivo me habéis enviado a llamar.» (Hechos 10, 29)

  • Y los fieles circuncisos que habían venido con Pedro quedaron atónitos al ver que el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles, (Hechos 10, 45)

  • «Al cabo de muchos años he venido a traer limosnas a los de mi nación y a presentar ofrendas. (Hechos 24, 17)

  • Y como predijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos dejara una descendencia, como Sodoma hubiéramos venido a ser, y semejantes a Gomorra. (Romanos 9, 29)

  • Si nos difaman, respondemos con bondad. Hemos venido a ser, hasta ahora, como la basura del mundo y el desecho de todos. (I Corintios 4, 13)

  • Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. (I Corintios 15, 21)

  • Algunos, desviados de esta línea de conducta, han venido a caer en una vana palabrería; (I Timoteo 1, 6)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina