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  • Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardecío y amaneció: día sexto. (Génesis 1, 31)

  • Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato, (Génesis 2, 1)

  • y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera. (Génesis 2, 2)

  • Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho. (Génesis 2, 3)

  • Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente. (Génesis 2, 7)

  • Yahveh Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. (Génesis 2, 9)

  • De Edén salía un río que regaba el jardín, y desde allí se repartía en cuatro brazos. (Génesis 2, 10)

  • El uno se llama Pisón: es el que rodea todo el país de Javilá, donde hay oro. (Génesis 2, 11)

  • El oro de aquel país es fino. Allí se encuentra el bedelio y el ónice. (Génesis 2, 12)

  • El segundo río se llama Guijón: es el que rodea el país de Kus. (Génesis 2, 13)

  • El tercer río se llama Tigris: es el que corre al oriente de Asur. Y el cuarto río es el Eufrates. (Génesis 2, 14)

  • Tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase. (Génesis 2, 15)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina