Encontrados 67 resultados para: Riquezas
y les habló de su gloria y sus riquezas, de sus muchos hijos y de cómo el rey le había encumbrado, elevándole por encima de los jefes y servidores del rey. (Ester 5, 11)
Vomita las riquezas que engulló, Dios se las arranca de su vientre. (Job 20, 15)
nada más una sombra el humano que pasa, sólo un soplo las riquezas que amontona, sin saber quién las recogerá.» (Salmos 39, 7)
Se ve, en cambio, fenecer a los sabios, perecer a la par necio y estúpido, y dejar para otros sus riquezas. (Salmos 49, 11)
No os fiéis de la opresión, no os ilusionéis con la rapiña; a las riquezas, cuando aumenten, no apeguéis el corazón. (Salmos 62, 11)
Tú visitas la tierra y la haces rebosar, de riquezas la colmas. El río de Dios va lleno de agua, tú preparas los trigales. Así es como la preparas: (Salmos 65, 10)
He. Hacienda y riquezas en su casa, Vau. su justicia por siempre permanece. (Salmos 112, 3)
Judas se volvió entonces al campamento para saquearlo. Recogieron mucho oro y plata, telas teñidas en púrpura marina, y muchas otras riquezas. (I Macabeos 4, 23)
El rey Antíoco, en su recorrido por la región alta, tuvo noticia de que había una ciudad en Persia, llamada Elimaida, famosa por sus riquezas, su plata y su oro. (I Macabeos 6, 1)
Les escribiré también yo con ofrecimientos de dignidades y riquezas para que sean auxiliares míos.» (I Macabeos 10, 24)
Antíoco, y con él sus amigos, llegaron a aquel lugar como tratando de desposarse con la diosa, con objeto de apoderarse, a título de dote, de abundantes riquezas. (II Macabeos 1, 14)
y le comunicó que el tesoro de Jerusalén, estaba repleto de riquezas incontables, hasta el punto de ser incalculable la cantidad de dinero, sin equivalencia con los gastos de los sacrificios, y que era posible que cayeran en poder del rey. (II Macabeos 3, 6)
