Encontrados 359 resultados para: Están
Ella me dijo: «Es un regalo que me han añadido a mi sueldo.» Pero yo no la creí; ordené que lo devolviera a los dueños y me irrité contra ella por este asunto. Entonces ella me replicó: «¿Dónde están tus limosnas y tus buenas obras? ¡Ahora se ve todo bien claro!» (Tobías 2, 14)
Cuando se pasaron los catorce días con que Ragüel había determinado celebrar la boda de su hija, se dirigió a él Tobías y le dijo: «Déjame regresar, porque estoy seguro que mi padre y mi madre están pensando que ya no van a volver a verme. Así que te ruego, padre, que me permitas regresar al lado de mi padre. Ya te dije en qué situación le he dejado.» (Tobías 10, 8)
Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor». (Tobías 12, 15)
Desbarató a Put y Lud, devastó a todos los hijos de Rassis y a los hijos de Ismael que están al borde del desierto, al sur de Jeleón, (Judit 2, 23)
Nuestras granjas y todo nuestro territorio, nuestros campos de trigo, los rebaños de ovejas y bueyes, todas las majadas de nuestros campamentos, están a tu disposición. Haz con ellos lo que quieras. (Judit 3, 3)
Mis servidores te van a llevar a la montaña y te van a dejar en una de las ciudades que están en las subidas. (Judit 6, 7)
«Señor, Dios del cielo, mira su soberbia, compadécete de la humillación de nuestra raza y mira con piedad el rostro de los que te están consagrados». (Judit 6, 19)
Vinieron y ella les dijo: «Escuchadme, jefes de los moradores de Betulia. No están bien las palabras que habéis pronunciado hoy delante del pueblo, cuando habéis interpuesto entre Dios y vosotros un juramento, asegurando que entregaríais la ciudad a nuestros enemigos si en el plazo convenido no os enviaba socorro el Señor. (Judit 8, 11)
y tus designios se presentan y te dicen: «Aquí estamos!» Pues todos tus caminos están preparados y tus juicios de antemano previstos. (Judit 9, 6)
que la detuvieron y preguntaron: «¿Quién eres? ¿De dónde vienes? ¿A dónde vas?» Ella respondió: «Hija de hebreos soy y huyo de ellos, porque están a punto de ser devorados por vosotros. (Judit 10, 12)
En vista de que se les acaban los víveres y escasea el agua, han deliberado echar mano de sus ganados y están ya decididos a consumir todo aquello que su Dios, por sus leyes, les ha prohibido comer. (Judit 11, 12)
Han decidido, igualmente, consumir las primicias del trigo y el diezmo del vino y del aceite que habían reservado, porque están consagrados a los sacerdotes que están en la presencia de nuestro Dios, en Jerusalén, y que ningún laico puede ni tan siquiera tocar con la mano. (Judit 11, 13)