Encontrados 234 resultados para: Diez Cuernos

  • Eligió, pues, hombres capaces de entre todo Israel, y los puso al frente del pueblo, como jefes de mil, jefes de ciento, jefes de cincuenta, y jefes de diez. (Exodo 18, 25)

  • Harás la Morada con diez tapices, de lino fino torzal, de púrpura violeta y escarlata y de carmesí; bordarás en ellos unos querubines. (Exodo 26, 1)

  • Cada tablero tendrá diez codos de largo y codo y medio de ancho. (Exodo 26, 16)

  • Harás sobresalir de sus cuatro ángulos unos cuernos, que formarán un cuerpo con él; lo revestirás de bronce. (Exodo 27, 2)

  • A lo ancho del atrio, por el lado occidental, habrá un cortinaje de cincuenta codos; sus postes serán diez, y diez igualmente las basas en que descansarán. (Exodo 27, 12)

  • Tomando sangre del novillo, untarás con tu dedo los cuernos del altar, y derramarás toda la sangre al pie del altar. (Exodo 29, 12)

  • Será cuadrado: de un codo de largo y otro de ancho; su altura será de dos codos. Sus cuernos formarán un solo cuerpo con él. (Exodo 30, 2)

  • Lo revestirás de oro puro, tanto su parte superior como sus costados, así como sus cuernos. Pondrás en su derredor una moldura de oro, (Exodo 30, 3)

  • Aarón una vez al año hará expiación sobre los cuernos de este altar. Con la sangre del sacrificio por el pecado, es decir, el de la expiación, una vez cada año hará expiación por él en vuestras sucesivas generaciones. Cosa sacratísima es el altar en honor de Yahveh. (Exodo 30, 10)

  • Moisés estuvo allí con Yahveh cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua. Y escribió en las tablas las palabras de la alianza, las diez palabras. (Exodo 34, 28)

  • Entonces los artífices más expertos de entre los que ejecutaban el trabajo hicieron la Morada. La hizo con diez tapices de lino fino torzal, de púrpura violeta y escarlata y de carmesí con querubines bordados. (Exodo 36, 8)

  • Cada tablero tenía diez codos de largo, y codo y medio de ancho. (Exodo 36, 21)


“Ele e ouvir a Sua voz por meio das Suas inspirações e iluminações interiores.” São Padre Pio de Pietrelcina