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Los danitas le contestaron: «Calla de una vez, no sea que algunos irritados caigan sobre vosotros y pierdas tu vida y la de tu casa.» (Jueces 18, 25)
entonces harían frente a los combatientes de Israel. Benjamín comenzó matando a algunos israelitas, unos treinta hombres. Y se decían: «Están completamente derrotados ante nosotros, como en la primera batalla.» (Jueces 20, 39)
También Saúl se fue a su casa, a Guibeá; le acompañaron algunos valientes a quienes Dios tocó el corazón. (I Samuel 10, 26)
Pero algunos malvados dijeron: «Qué nos va a salvar ése!» Y le despreciaron y no le llevaron regalos. Cosa de un mes más tarde, (I Samuel 10, 27)
Algunos hebreos pasaron también el Jordán al país de Gad y Galaad. Saúl estaba todavía en Guilgal y todo el pueblo temblaba junto a él. (I Samuel 13, 7)
Subieron algunos zifitas a Guibeá, donde Saúl, para decirle: «¿No se esconde David entre nosotros, en los refugios de Jorsa, en la colina de Jakilá, que está al sur de la estepa? (I Samuel 23, 19)
Los hombres de la ciudad hicieron una salida y atacaron a Joab; cayeron algunos del ejército de entre los veteranos de David; y murió también Urías el hitita. (II Samuel 11, 17)
pero los arqueros tiraron contra tus veteranos desde lo alto de la muralla y murieron algunos de los veteranos del rey. También murió tu siervo Urías el hitita.» (II Samuel 11, 24)
Absalón huyó. El joven que estaba de centinela levantó la vista y vio multitud que venía por el camino de Bajurim, a la bajada, y fue a avisar el rey: «He visto algunos hombres que bajan por el camino de Bajurim, por la ladera de la montaña.» (II Samuel 13, 34)
Ahora estará escondido en alguna caverna o en algún lugar. Si caen al principio algunos de los nuestros se correrá el rumor y se dirá: Ha habido un desastre en la tropa que sigue a Absalón. (II Samuel 17, 9)
Pero Hadad consiguió huir con algunos hombres edomitas de entre los servidores de su padre, para irse a Egipto. Era Hadad un muchacho pequeño. (I Reyes 11, 17)
se le unieron algunos hombres y se hizo jefe de banda. Fue entonces cuando David los mató. El se fue a Damasco, se estableció allí, y comenzó a reinar en Damasco. (I Reyes 11, 24)