Encontrados 195 resultados para: ¿a
- ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido. (Isaías 49, 15)
Así dice Yahveh: ¿Dónde está esa carta de divorcio de vuestra madre a quien repudié? o ¿a cuál de mis acreedores os vendí? Mirad que por vuestras culpas fuisteis vendidos, y por vuestras rebeldías fue repudiada vuestra madre. (Isaías 50, 1)
¿Por qué cuando he venido no había nadie, cuando he llamado no hubo quien respondiera? ¿Acaso se ha vuelto mi mano demasiado corta para rescatar o quizá no habrá en mí vigor para salvar? He aquí que con un gesto seco el mar, convierto los ríos en desierto; quedan en seco sus peces por falta de agua y mueren de sed. (Isaías 50, 2)
¿Quién dio crédito a nuestra noticia? Y el brazo de Yahveh ¿a quién se le reveló? (Isaías 53, 1)
En las piedras lisas del torrente tengas tu parte: ¡ellas, ellas te toquen en suerte! Que también sobre ellas vertiste libaciones, hiciste oblación. ¿Acaso con estas cosas me voy a aplacar? (Isaías 57, 6)
¿Acaso es éste el ayuno que yo quiero el día en que se humilla el hombre? ¿Había que doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza estarse echado? ¿A eso llamáis ayuno y día grato a Yahveh? (Isaías 58, 5)
¿Abriré yo el seno sin hacer dar a luz - dice Yahveh - o lo cerraré yo, que hago dar a luz? - Dice tu Dios. (Isaías 66, 9)
¿A mí no me temeréis? - oráculo de Yahveh -, ¿delante de mí no temblaréis, que puse la arena por término al mar, límite eterno, que no traspasará? Se agitará, mas no lo logrará; mugirán sus olas, pero no pasarán. (Jeremías 5, 22)
los profetas profetizaron con mentira, y los sacerdotes dispusieron a su guisa. Pero mi pueblo lo prefiere así. ¿A dónde vais a parar? (Jeremías 5, 31)
¿Acaso a una deliciosa pradera te comparas, hija de Sión? (Jeremías 6, 2)
- ¿A quiénes que me oigan voy a hablar y avisar? He aquí que su oído es incircunciso y no pueden entender. He aquí que la palabra de Yahveh se les ha vuelto oprobio: no les agrada. (Jeremías 6, 10)
- ¿A qué traerme incienso de Seba y canela fina de país remoto? Ni vuestros holocaustos me son gratos, ni vuestros sacrificios me complacen. (Jeremías 6, 20)