Encontrados 211 resultados para: visto
porque tú has visto, que una piedra se desprendía de la montaña, sin la intervención de ninguna mano, y ella pulverizó el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el oro. El Dios grande hace conocer al rey lo que va a suceder en adelante. El sueño es cierto y su interpretación digna de fe". (Daniel 2, 45)
El rey ha visto además a un Guardián, un Santo, que descendía del cielo y decía: "Derriben el árbol y destrúyanlo. Pero dejen en la tierra el tronco con sus raíces, sujeto con cadenas de hierro y bronce, entre la hierba de los campos. Que sea empapado por el rocío del cielo y que tenga su parte con los animales de los campos, hasta que pasen sobre él siete tiempos". (Daniel 4, 20)
Llegó hasta el carnero de los dos cuernos, que yo había visto parado ante el río, y corrió hacia él con todo el ardor de su fuerza. (Daniel 8, 6)
yo hablaba todavía en oración, cuando Gabriel, ese hombre al que había visto al comienzo en la visión, se acercó a mí en rápido vuelo, a la hora de la oblación de la tarde. (Daniel 9, 21)
Si es verdad que tú la viste, dinos bajo qué árbol los has visto juntos". Él respondió: "Bajo una acacia". (Daniel 13, 54)
"Señor, respondió Habacuc, nunca he visto a Babilonia y no conozco ese foso". (Daniel 14, 35)
En la casa de Israel he visto una cosa horrible: allí se prostituye Efraím, se contamina Israel. (Oseas 6, 10)
¡Señor, yo he oído tu renombre! ¡He visto tu obra, Señor ! ¡En el curso de los años, hazla revivir, en el curso de los años, manifiéstala; pero en la conmoción, acuérdate de tener piedad! (Habacuc 3, 2)
Yo he visto anonadados a los campamentos de Cusán, se conmueven las carpas del país de Madián. (Habacuc 3, 7)
¿Queda alguien entre ustedes que haya visto esta Casa en su antiguo esplendor? ¿Y qué es lo que ven ahora? ¿No es como nada ante sus ojos? (Ageo 2, 3)
Ellos se dirigieron al ángel del Señor que estaba entre los mirtos, y le dijeron: "Venimos de recorrer la tierra y hemos visto que toda la tierra está en calma y tranquila". (Zacarías 1, 11)
Yo acamparé junto a mi casa como una guardia contra los que pasan y vuelven: no pasará más entre ellos ningún opresor, porque ahora he visto con mis ojos. (Zacarías 9, 8)