Encontrados 142 resultados para: treinta

  • El hombre me llevó hasta el atrio exterior, y allí vi unas habitaciones y un pavimento construido alrededor de todo el atrio: había treinta habitaciones sobre el pavimento. (Ezequiel 40, 17)

  • Las piezas laterales estaban dispuestas unas sobre otras, formando tres pisos de treinta piezas cada uno. Había además unos soportes que sobresalían alrededor de la pared exterior de la Casa, para que las piezas laterales estuvieran sostenidas, pero no por la pared de la Casa. (Ezequiel 41, 6)

  • La construcción que estaba frente al patio, por el lado oeste, tenía un ancho de treinta y cinco metros; toda la pared de la construcción tenía dos metros y medio de espesor, y su largo era de cuarenta y cinco metros. (Ezequiel 41, 12)

  • El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, de treinta metros de alto y tres de ancho, y la erigió en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia. (Daniel 3, 1)

  • Todos los ministros del reino, los prefectos y los sátrapas, los familiares y los gobernadores, se han puesto de acuerdo para que el rey promulgue un edicto y ponga en vigencia una prohibición, a saber: Todo el que dentro de los próximos treinta días dirija una plegaria a cualquier dios u hombre que no seas tú, rey, será arrojado en el foso de los leones. (Daniel 6, 8)

  • Entonces se presentaron ante el rey y, refiriéndose a la prohibición real, le dijeron: "¿Acaso no has escrito una prohibición según la cual todo el que dirija una oración dentro de los próximos treinta días, a cualquier dios u hombre que no seas tú, rey, debe ser arrojado al foso de los leones?". El rey tomó la palabra y dijo: "Así es, en efecto, según la ley de los medos y de los persas, que es irrevocable". (Daniel 6, 13)

  • ¡Feliz el que sepa esperar y llegue a mil trescientos treinta y cinco días! (Daniel 12, 12)

  • Yo les dije: "Si les parece bien, páguenme mi salario; y si no, déjenlo". Ellos pesaron mi salario: treinta siclos de plata. (Zacarías 11, 12)

  • Pero el Señor me dijo: "¡Echa al Tesoro ese lindo precio en que he sido valuado por ellos!". Yo tomé los treinta siclos de plata y los eché en el Tesoro de la Casa del Señor. (Zacarías 11, 13)

  • Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. (Mateo 13, 8)

  • Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno». (Mateo 13, 23)

  • y les dijo: «¿Cuánto me darán si se lo entrego?». Y resolvieron darle treinta monedas de plata. (Mateo 26, 15)


“Padre Pio disse a um filho espiritual: Trabalhe! Ele perguntou: No que devo trabalhar, Padre? Ele respondeu: Em amar sempre mais a Jesus!” São Padre Pio de Pietrelcina