Encontrados 142 resultados para: treinta

  • y había hecho levantar sus puertas hasta una altura de treinta y cinco metros, por veinte de ancho, para que pudiera pasar su poderoso ejército y desfilar su infantería. (Judit 1, 4)

  • Todo el ejército asirio -los soldados, los carros de guerra y los jinetes- mantuvieron el cerco durante treinta y cuatro días. A todos los habitantes de Betulia se les agotaron las reservas de agua (Judit 7, 20)

  • El pueblo se entregó al saqueo del campamento durante treinta días. Asignaron a Judit la carpa de Holofernes, con toda su vajilla de plata, sus lechos, sus recipientes y todo su mobiliario. Ella tomó esas cosas, cargó su mula, enganchó sus carros y amontonó todo encima. (Judit 15, 11)

  • "Todos los servidores del rey y el pueblo de las provincias del reino saben que hay una ley según la cual debe morir cualquier hombre o mujer que se presente ante el rey, en el atrio interior, sin haber sido llamado. Esto, a menos que el rey extienda hacia él su cetro de oro para perdonarle la vida. En cuanto a mí, ya hace treinta días que no he sido llamada a la presencia del rey". (Ester 4, 11)

  • De ellos surgió un vástago perverso, Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco, que había estado en Roma como rehén y subió al trono el año ciento treinta y siete del Imperio griego. (I Macabeos 1, 10)

  • El número de sus fuerzas era de cien mil soldados, veinte mil jinetes y treinta y dos elefantes adiestrados para la guerra. (I Macabeos 6, 30)

  • En los ejércitos del rey se alistarán hasta treinta mil judíos que percibirán el mismo sueldo que las demás tropas del rey. (I Macabeos 10, 36)

  • A todos los que se pongan en camino antes del treinta del mes de Xántico, se les asegura la impunidad. (II Macabeos 11, 30)

  • Judas los perseguía implacablemente, acribillando a aquellos impíos, y así llegó a matar a unos treinta mil. (II Macabeos 12, 23)

  • Ellos luchaban con sus manos, y con el corazón oraban a Dios. Así abatieron a no menos de treinta y cinco mil hombres, y se regocijaron por la visible intervención de Dios. (II Macabeos 15, 27)

  • ¿Acaso no te he escrito treinta discursos, que contienen consejos e instrucciones, (Proverbios 22, 20)

  • El año treinta, el día quinto del cuarto mes, mientras me encontraba en medio de los deportados, a orillas del río Quebar, se abrió el cielo y tuve visiones divinas. (Ezequiel 1, 1)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina