Encontrados 221 resultados para: temor

  • Porque el temor del Señor es sabiduría e instrucción: a él le agradan la fidelidad y la mansedumbre. (Eclesiástico 1, 27)

  • No seas reacio al temor del Señor ni te acerques a él con doblez de corazón. (Eclesiástico 1, 28)

  • No te exaltes a ti mismo, no sea que caigas y atraigas sobre ti el deshonor: el Señor revelará tus secretos y te humillará en medio de la asamblea, por no haberte acercado al temor del Señor y porque tu corazón está lleno de falsedad. (Eclesiástico 1, 30)

  • Fíjense en las generaciones pasadas y vean: ¿Quién confió en el Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y no fue tenido en cuenta? (Eclesiástico 2, 10)

  • Al comienzo, ella lo conducirá por un camino sinuoso, le infundirá temor y estremecimiento y lo hará sufrir con su disciplina, hasta que tenga confianza en él y lo haya probado con sus exigencias. (Eclesiástico 4, 17)

  • Aléjate del que tiene poder para matar y no experimentarás el temor a la muerte. Si te acercas a él, no cometas ninguna falta, no sea que te quite la vida: ten en cuenta que avanzas entre lazos y que caminas por las almenas de la ciudad. (Eclesiástico 9, 13)

  • Que los hombres justos sean tus comensales y que tu orgullo esté en el temor del Señor. (Eclesiástico 9, 16)

  • Para el rico, el ilustre o el pobre la única gloria es el temor del Señor. (Eclesiástico 10, 22)

  • Por muchos que sean, no te alegres de ellos, si les falta el temor del Señor. (Eclesiástico 16, 2)

  • Toda sabiduría es temor del Señor y toda sabiduría entraña la práctica de la Ley. (Eclesiástico 19, 20)

  • Hay quien se pierde por timidez, y se pierde por temor a un insensato. (Eclesiástico 20, 22)

  • El que observa la Ley domina sus inclinaciones, y el temor del Señor es la culminación de la sabiduría. (Eclesiástico 21, 11)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina