Encontrados 1528 resultados para: sol

  • En sus cuatro ángulos, y formando una sola pieza con él, le hizo unos cuernos, y después lo recubrió de bronce. (Exodo 38, 2)

  • El cinturón para ajustarlo formaba una sola pieza con él y estaba hecho de la misma manera: era de oro, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino reforzado, como el Señor se lo había ordenado a Moisés. (Exodo 39, 5)

  • y en la cuarta, un crisólito, un lapislázuli y un jaspe verde. Todas ellas estaban engarzadas en oro. (Exodo 39, 13)

  • El oferente desollará la víctima para el holocausto y la dividirá en pedazos. (Levítico 1, 6)

  • Sólo podrán comer de ella los varones de la familia sacerdotal: es una cosa santísima. (Levítico 6, 22)

  • Sólo podrán comer de ella los varones de la familia sacerdotal, y tendrá que ser comida en el recinto sagrado: es una cosa santísima. (Levítico 7, 6)

  • No se podrá comer la carne que haya tocado algo impuro, sino que deberá ser consumida por el fuego. Solamente una persona pura podrá comer la carne de ese sacrificio. (Levítico 7, 19)

  • Si la persona es pobre y carece de recursos suficientes, tomará un solo cordero como víctima de reparación, que será ofrecido con el gesto de presentación, a fin de realizar el rito de expiación en su favor. Al mismo tiempo, ofrecerá la décima parte de una medida de harina de la mejor calidad para una oblación, con un poco más de medio litro de aceite, (Levítico 14, 21)

  • Él deberá entrar en el Santuario solamente de esta manera: con un novillo para un sacrificio por el pecado y con un carnero para un holocausto. (Levítico 16, 3)

  • El chivo llevará sobre sí, hacia una región inaccesible, todas las iniquidades que ellos hayan cometido; y el animal será soltado en el desierto. (Levítico 16, 22)

  • El hombre encargado de soltar el chivo para Azazel deberá lavar su ropa y bañarse con agua; después podrá entrar de nuevo en el campamento. (Levítico 16, 26)

  • Ese será para ustedes un día de reposo absoluto, en el que deberán ayunar. Se trata de un decreto válido para siempre. (Levítico 16, 31)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina