Encontrados 97 resultados para: salvo

  • David partió de allí y se puso a salvo en la caverna de Adulám. Al enterarse, sus hermanos y toda la casa de su padre bajaron a unirse con él. (I Samuel 22, 1)

  • David fue a Queilá con sus hombres; atacó a los filisteos, se llevó sus rebaños y les infligió una gran derrota. Así salvó David a los habitantes de Queilá. (I Samuel 23, 5)

  • Sin embargo, David pensó: "A pesar de todo, Saúl terminará por matarme cualquier día de estos. Es mejor que me ponga a salvo en el país de los filisteos. Así Saúl perderá las esperanzas con respecto a mí: ya no me buscará por todo el territorio de Israel, y habré escapado de sus manos". (I Samuel 27, 1)

  • David salvó todo lo que le habían arrebatado los amalecitas y, en especial, libró a sus dos mujeres. (I Samuel 30, 18)

  • Pero entre los que estaban con David había unos hombres mezquinos, que levantaron la voz y dijeron: "¡Por no haber venido con nosotros, no les daremos nada del botín que hemos recuperado, salvo a cada uno su mujer y sus hijos! ¡Que se los lleven y se vayan!". (I Samuel 30, 22)

  • Se introdujeron en el interior de la casa, como si estuvieran llevando trigo, e hirieron a Isbaal en el bajo vientre. Luego se pusieron a salvo. (II Samuel 4, 6)

  • Así haré que todo el pueblo se vuelva hacia ti como una esposa a su marido. Lo que tú quieres es eliminar a un solo hombre; todos los demás quedarán a salvo". (II Samuel 17, 3)

  • También Meribaal, hijo de Saúl, bajó al encuentro del rey. No se había cuidado los pies, ni arreglado el bigote, ni hecho lavar la ropa, desde el día en que el rey partió de Jerusalén hasta que volvió sano y salvo. (II Samuel 19, 25)

  • Meribaal dijo al rey: "¡Que él se quede con todo, puesto que mi señor, el rey, ha vuelto a su casa sano y salvo!". (II Samuel 19, 31)

  • Yo invoco al Señor, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos. (II Samuel 22, 4)

  • Imploraron, pero nadie los salvó; gritaban al Señor, pero no les respondía. (II Samuel 22, 42)

  • Porque David había hecho lo que es recto a los ojos del Señor, sin apartarse jamás de lo que él le había mandado, salvo en el caso de Urías, el hitita. (I Reyes 15, 5)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina