Encontrados 65 resultados para: recibió

  • Al día siguiente, la gente de Siquém se puso en campaña. Cuando Abimélec recibió la noticia, (Jueces 9, 42)

  • Cuando Abimélec recibió la noticia de que todos los señores de Migdal Siquém estaban en un solo lugar, (Jueces 9, 47)

  • Entonces Dios partió el hueco de la roca que hay en Lejí y brotó el agua. Sansón bebió, se sintió reanimado y revivió. Por eso la fuente, que todavía hoy está en Lejí, recibió el nombre de En Hacoré, que significa "Fuente del que invoca". (Jueces 15, 19)

  • Mientras tanto, Mical, la otra hija de Saúl, se había enamorado de David. Cuando se lo contaron a Saúl, este recibió con agrado la noticia, (I Samuel 18, 20)

  • Cuando dejó de estar de luto, David mandó a buscarla y la recibió en su casa. Ella se convirtió en su esposa y le dio un hijo. Pero lo que había hecho David desagradó al Señor. (II Samuel 11, 27)

  • Cuando todavía estaban en camino, David recibió esta noticia: "Absalón ha matado a todos los hijos del rey; no ha quedado ni uno solo". (II Samuel 13, 30)

  • Cuando David recibió esta noticia: "Todos los hombres de Israel están de parte de Absalón", (II Samuel 15, 13)

  • Con la madera de sándalo, el rey hizo unas balaustradas para la Casa del Señor y para la casa del rey, y también cítaras y arpas para los músicos. Nunca más se recibió una madera de sándalo como aquella, ni se la vio más hasta el día de hoy. (I Reyes 10, 12)

  • y cada hombre recibió provisiones en abundancia y una gran cantidad de oro y plata del palacio real. (Judit 2, 18)

  • Pinjás, nuestro padre, por su ardiente celo, recibió la alianza de un sacerdocio eterno. (I Macabeos 2, 54)

  • Caleb, por haber dado testimonio ante la asamblea, recibió una herencia en el país. (I Macabeos 2, 56)

  • Onías recibió al embajador con todos los honores, y aceptó la carta que hablaba claramente de pacto y amistad. (I Macabeos 12, 8)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina