Encontrados 241 resultados para: profetas

  • Señor, han matado a tus profetas, destruyeron tus altares; he quedado yo solo y tratan de quitarme la vida. (Romanos 11, 3)

  • En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas. (I Corintios 12, 28)

  • ¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? (I Corintios 12, 29)

  • Con respecto a los profetas, que hablen dos o tres y que los demás juzguen lo que ellos dicen. (I Corintios 14, 29)

  • Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. (Efesios 2, 20)

  • que no fue manifestado a las generaciones pasadas, pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritu a sus santos apóstoles y profetas. (Efesios 3, 5)

  • Él comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros. (Efesios 4, 11)

  • Ellos mataron al Señor Jesús y a los profetas, y también nos persiguieron a nosotros; no agradan a Dios y son enemigos de todos los hombres, (I Tesalonicenses 2, 15)

  • Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, (Hebreos 1, 1)

  • ¿Y qué más puedo decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los Profetas. (Hebreos 11, 32)

  • Tomen como ejemplo de fortaleza y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. (Santiago 5, 10)

  • Esta salvación ha sido el objeto de la búsqueda y la investigación de los profetas que vaticinaron sobre la gracia destinada a ustedes. (I Pedro 1, 10)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina