Encontrados 209 resultados para: paso del Mar Rojo

  • ¿Quién pasó por esta prueba y demostró ser perfecto? Tiene un buen motivo para gloriarse. ¿Quién pudo transgredir y no transgredió, hacer el mal y no lo hizo? (Eclesiástico 31, 10)

  • El oro y la plata hacen marchar con paso firme, pero más todavía se aprecia un consejo. (Eclesiástico 40, 25)

  • ¿No le pasó a Calnó lo mismo que a Carquemis? ¿No es Jamat como Arpad y Samaría como Damasco? (Isaías 10, 9)

  • ¿Quién suscitó desde el Oriente a aquel a quien la victoria le sale al paso? ¿Quién le entrega las naciones y le somete a los reyes? Su espada los reduce a polvo, su arco, a paja que se avienta. (Isaías 41, 2)

  • Sí, ustedes saldrán gozosamente y serán conducidos en paz; al paso de ustedes, las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de alegría, y aplaudirán todos los árboles del campo. (Isaías 55, 12)

  • Entonces se dirá: ¡Abran paso, abran paso, preparen un camino, quiten los obstáculos del camino de mi Pueblo! (Isaías 57, 14)

  • sus pies corren hacia el mal, se apresuran para derramar sangre inocente; sus planes son planes perversos, a su paso hay devastación y ruina. (Isaías 59, 7)

  • edificaron el lugar alto de Tófet, que está en el valle de Ben Hinnóm, para quemar a sus hijos y a sus hijas, cosa que yo no ordené ni se me pasó por la mente. (Jeremías 7, 31)

  • "Pasó la cosecha, terminó el verano, ¡y nosotros no hemos sido salvados!". (Jeremías 8, 20)

  • Ellos son como un espantapájaros, en un campo de pepinos; no pueden hablar, hay que transportarlos, porque no dan ni un paso. ¡No les tengan miedo, no hacen ningún mal, ni tampoco son capaces de hacer el bien! (Jeremías 10, 5)

  • Las ciudades del Négueb están bloqueadas y nadie abre paso. Todo Judá ha sido deportado, deportado masivamente. (Jeremías 13, 19)

  • Han edificado lugares altos a Baal, para quemar en el fuego a sus hijos como holocaustos a Baal, cosa que yo no había ordenado ni dicho, y que jamás se me pasó por la mente. (Jeremías 19, 5)


“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina