Encontrados 91 resultados para: ninguno

  • Moisés se indignó profundamente y dijo al Señor: "No aceptes su oblación. Yo no les he quitado ni un solo asno ni he perjudicado a ninguno de ellos". (Números 16, 15)

  • Entre estos no figuró ninguno de los que Moisés y el sacerdote Aarón habían registrado en el desierto del Sinaí. (Números 26, 64)

  • Porque el Señor había dicho acerca de ellos: "Morirán en el desierto". Ninguno de ellos sobrevivió, excepto Caleb, hijo de Iefuné, y Josué, hijo de Nun. (Números 26, 65)

  • ‘Ninguno de los hombres mayores de veinte años que salieron de Egipto verá la tierra que prometí con un juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque ellos me han sido infieles. (Números 32, 11)

  • Ninguno, excepto Caleb, hijo de Iefuné, el quenizita, y Josué, hijo de Nun, que permanecieron fieles al Señor’. (Números 32, 12)

  • Cuando ya no quedó en medio del pueblo ninguno de aquellos guerreros -porque todos habían muerto- (Deuteronomio 2, 16)

  • Él pondrá a sus reyes en tus manos, y tu harás desaparecer sus nombres de la tierra. Ninguno te podrá resistir, hasta que los extermines por completo. (Deuteronomio 7, 24)

  • dirás en presencia del Señor, tu Dios: "Yo saqué de mi casa lo que debía ser consagrado, y se lo di al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme al mandamiento que tú me diste, sin quebrantar ni olvidar ninguno de tus preceptos. (Deuteronomio 26, 13)

  • y el Señor le dijo: "No les temas, porque yo los he puesto en tus manos; ninguno de ellos te podrá resistir". (Josué 10, 8)

  • El Señor les dio la paz en todas sus fronteras, como lo había jurado a sus padres, y ninguno de sus enemigos pudo resistirles, porque el Señor se los entregó a todos. (Josué 21, 44)

  • Todo el pueblo se levantó como un solo hombre y exclamó: "Ninguno de nosotros irá a su campamento; nadie volverá a su casa. (Jueces 20, 8)

  • Los hombres de Israel habían pronunciado este juramento en Mispá: "Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a un benjaminita". (Jueces 21, 1)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina