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y podrán dejarlos como herencia a sus hijos, para que los posean como propiedad perpetua. A estos podrán tenerlos como esclavos; pero nadie podrá ejercer un poder despótico sobre sus hermanos israelitas. (Levítico 25, 46)
Yo aseguraré la paz en el país y ustedes descansarán sin que nadie los perturbe: alejaré del país los animales dañinos y ninguna espada asolará la tierra. (Levítico 26, 6)
Yo volveré mi rostro contra ustedes y serán derrotados por sus enemigos; quedarán sometidos a sus adversarios y huirán aunque nadie los persiga. (Levítico 26, 17)
A los sobrevivientes los llenaré de pánico en la tierra de sus enemigos: el ruido que produce una hoja al caer, los ahuyentará; huirán como quien huye de la espada, y caerán aunque nadie los persiga. (Levítico 26, 36)
Sin embargo, nadie podrá consagrar un primogénito de su ganado, ya que, por ser primogénito, pertenece al Señor: sea que se trate de un ternero o de un cordero, pertenecen al Señor. (Levítico 27, 26)
Nadie deberá seleccionar entre lo bueno y lo malo, o sustituir uno por otro. Si hace el cambio, tanto el animal ofrecido como su sustituto serán una cosa sagrada, y no se los podrá rescatar. (Levítico 27, 33)
No sean parciales en los juicios: escuchen a los humildes lo mismo que a los poderosos. No se dejen intimidar por nadie, porque el juicio pertenece a Dios. Y cuando se les presente un caso demasiado difícil, diríjanse a mí, para que yo lo resuelva". (Deuteronomio 1, 17)
Serás más bendecido que todos los demás pueblos. Nadie será estéril entre ustedes, ni los hombres, ni las mujeres, ni los animales. (Deuteronomio 7, 14)
Nadie podrá resistirles, porque el Señor, su Dios, sembrará el pánico y el terror en todo el territorio por donde ustedes pasen, como él mismo les ha prometido. (Deuteronomio 11, 25)
Tres veces al año, todos los varones se presentarán delante del Señor, tu Dios, en el lugar elegido por él: en la fiesta de los Ácimos, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de las Chozas. Nadie se presentará delante del Señor con las manos vacías. (Deuteronomio 16, 16)
Para que alguien sea condenado a muerte se requiere el testimonio de dos o más testigos. Nadie será condenado a muerte en base al testimonio de uno solo. (Deuteronomio 17, 6)
Que no haya entre ustedes nadie que inmole en el fuego a su hijo o a su hija, ni practique la adivinación, la astrología, la magia o la hechicería. (Deuteronomio 18, 10)