Encontrados 564 resultados para: nadie

  • No había nadie que pudiera librarla, porque estaba lejos de Sidón y no dependía de nadie. La ciudad se encontraba en el valle de Bet Rejob. Los danitas la reconstruyeron y se establecieron en ella. (Jueces 18, 28)

  • Entonces se apartaron del camino para ir a pasar la noche en Guibeá. Al llegar, el hombre se quedó en la plaza de la ciudad, pero nadie los invitó a su casa para pasar la noche. (Jueces 19, 15)

  • "Estamos de paso, le respondió él; venimos de Belén de Judá y vamos hasta los confines de la montaña de Efraím, porque yo soy de allí. Fui a Belén de Judá, y ahora estoy de regreso. Pero no hay nadie que me reciba en su casa, (Jueces 19, 18)

  • Todo el pueblo se levantó como un solo hombre y exclamó: "Ninguno de nosotros irá a su campamento; nadie volverá a su casa. (Jueces 20, 8)

  • Noemí le respondió: "Es conveniente, hija mía, que vayas con las servidoras de ese hombre; así nadie te molestará en otro campo". (Rut 2, 22)

  • No hay Santo como el Señor, porque no hay nadie fuera de ti, y no hay Roca como nuestro Dios. (I Samuel 2, 2)

  • Samuel dijo a todo el pueblo: "¿Vieron al que ha elegido el Señor? No hay nadie como él en todo el pueblo". Y todo el pueblo lanzó una ovación, gritando: "¡Viva el rey!". (I Samuel 10, 24)

  • Los ancianos de Iabés le dijeron: "Danos una tregua de siete días para enviar mensajeros por todo el territorio de Israel. Si nadie nos socorre, nos rendiremos a ti". (I Samuel 11, 3)

  • Pero Saúl intervino, diciendo: "Nadie morirá en este día, porque hoy el Señor ha obtenido una victoria en Israel". (I Samuel 11, 13)

  • Ellos respondieron: "Nunca nos has oprimido ni perjudicado, ni has aceptado nada de nadie". (I Samuel 12, 4)

  • Así, el día de la batalla de Micmás, nadie del ejército que estaba con Saúl y Jonatán tenía en la mano una espada o una lanza. Sólo la tenían Saúl y su hijo Jonatán. (I Samuel 13, 22)

  • Los israelitas estaban exhaustos aquel día, porque Saúl había pronunciado sobre el pueblo esta imprecación: "Maldito el hombre que coma algo hasta la tarde, antes que me haya vengado de mis enemigos". Y nadie comió un solo bocado. (I Samuel 14, 24)


“Uma só coisa é necessária: estar perto de Jesus”. São Padre Pio de Pietrelcina