Encontrados 65 resultados para: mucha

  • Ellas le respondieron: "Por que las mujeres hebreas no son como las egipcias: tienen mucha vitalidad, y antes que llegue la partera, ya han dado a luz". (Exodo 1, 19)

  • Sembrarás en tus campos mucha semilla, pero cosecharás muy poco, porque la devorará la langosta. (Deuteronomio 28, 38)

  • Josué respondió a la casa de José, es decir, a Efraím y Manasés: "Ustedes son un pueblo numeroso y tienen mucha fuerza. No tendrán solamente una porción, (Josué 17, 17)

  • Luego sintió mucha sed e invocó al Señor, diciendo: "Tú has concedido esta gran victoria por intermedio de tu servidor, y ahora ¿voy a morir de sed y a caer en manos de los incircuncisos?". (Jueces 15, 18)

  • Con mucha más razón, ahora que unos hombres malvados han matado a un inocente en su propia casa y sobre su lecho, ¿no tendré que pedirles cuenta de su sangre y borrarlos de la tierra?". (II Samuel 4, 11)

  • Hubo entonces mucha hambre en Samaría, y el asedio era tan duro que una cabeza de asno valía ochenta siclos de plata, y unos puñados de estiércol de paloma, cinco siclos de plata. (II Reyes 6, 25)

  • Pero la palabra del Señor me llegó en estos términos: ‘Tú has derramado mucha sangre y has hecho grandes guerras; tú no edificarás una Casa para mi Nombre, porque has derramado mucha sangre sobre la tierra delante de mí. (I Crónicas 22, 8)

  • Mira lo que yo he preparado con mucha dificultad para la Casa del Señor: cien mil talentos de oro, un millón de talentos de plata y una incalculable cantidad de bronce y de hierro. He preparado también maderas y piedras que tú tendrás que acrecentar. (I Crónicas 22, 14)

  • Luego reunió a todo Judá y Benjamín, y a los hombres de Efraím, de Manasés y de Simeón que residían con ellos, porque mucha gente de Israel se había pasado a Asá, al ver que el Señor, su Dios, estaba con él. (II Crónicas 15, 9)

  • Aquel día, se ofrecieron grandes sacrificios y hubo mucha alegría, porque Dios les había dado un gran motivo de gozo. También las mujeres y los niños compartían la alegría, y el regocijo de Jerusalén se oía desde lejos. (Nehemías 12, 43)

  • Mucha gente, cuanto más frecuentes son los honores que reciben de la extrema generosidad de sus bienhechores, tanto más se dejan llevar por el orgullo. Y no sólo tratan de perjudicar a nuestros súbditos, sino que también, no pudiendo soportar su descontento, conspiran contra sus mismos bienhechores. (Ester 16, 3)

  • Tú has aleccionado a mucha gente y has fortalecido las manos debilitadas; (Job 4, 3)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina