Encontrados 65 resultados para: mucha
¿Le haría falta mucha fuerza para disputar conmigo? No, sólo bastaría que me prestara atención. (Job 23, 6)
¿Contarías con él porque tiene mucha fuerza o podrías encomendarle tus trabajos? (Job 39, 11)
El rey no vence por su mucha fuerza ni se libra el guerrero por su gran vigor; (Salmos 33, 16)
Mucha gente del pueblo, todos los que abandonaban la Ley, se unieron a ellos y causaron un gran daño al país, (I Macabeos 1, 52)
Al enterarse de su llegada, los mercaderes de la región se presentaron en el campamento con mucha plata y oro, y provistos también de cadenas para llevar como esclavos a los israelitas. A ellos se sumó un contingente de Siria y del país de los filisteos. (I Macabeos 3, 41)
y decidieron acabar con los descendientes de Jacob que vivían entre ellos. Por eso comenzaron a matar y exterminar a mucha gente del pueblo. (I Macabeos 5, 2)
Estos tomaron el camino de Guilgal y sitiaron a Mesalot en el territorio de Arbela; se apoderaron de ella y mataron a mucha gente. (I Macabeos 9, 2)
Poco tiempo después, Jonatán y su hermano Simón se enteraron de que los jambritas celebraban una gran boda y traían de Nabatá, con mucha pompa, a la novia, hija de uno de los grandes magnates de Canaán. (I Macabeos 9, 37)
Al alzar los ojos, divisaron una numerosa caravana que avanzaba en medio de un gran tumulto, y vieron que el novio iba a su encuentro, acompañado de sus amigos y hermanos, al son de tambores e instrumentos musicales y con mucha gente armada. (I Macabeos 9, 39)
Tolomeo, hijo de Abubos, había sido designado comandante de la llanura de Jericó y poseía mucha plata y oro (I Macabeos 16, 11)
Frente a esto, no sólo los judíos, sino también mucha gente de las otras naciones se indignaron y se afligieron por el injusto asesinato de aquel hombre. (II Macabeos 4, 35)
quedó humillado con el auxilio del Señor por los mismos que él despreciaba como los más viles. Despojado de sus lujosas vestiduras, solo y errante por los campos como un fugitivo, llegó a Antioquía con mucha más suerte que su ejército, que había sido destruido. (II Macabeos 8, 35)