Encontrados 26 resultados para: merecido

  • Luego, lleno de indignación, despojó a Andrónico de la púrpura, desgarró sus vestiduras y lo hizo conducir por toda la ciudad hasta el sitio donde había tratado tan impíamente a Onías. Allí hizo ajusticiar al homicida, y así el Señor le infligió el castigo que había merecido. (II Macabeos 4, 38)

  • Mientras celebraban la victoria en su patria, quemaron a los que habían incendiado las puertas sagradas, incluido Calístenes, que se había refugiado en una choza. Así él recibió el castigo merecido por su impiedad. (II Macabeos 8, 33)

  • Yo volví mis ojos a todas las opresiones que se cometen bajo el sol: ahí están las lágrimas de los oprimidos, y no hay quien los consuele. La fuerza está del lado de los opresores, y no hay nadie que les dé su merecido. (Eclesiastés 4, 1)

  • Pero recibirán su merecido por un doble motivo: porque, al entregarse a los ídolos, se han hecho una falsa idea de Dios, y porque han jurado injusta y falsamente, menospreciando la santidad. (Sabiduría 14, 30)

  • No digas: "¿Quién podrá dominarme?", porque el Señor da a cada uno su merecido. (Eclesiástico 5, 3)

  • Porque también el Altísimo detesta a los pecadores y dará su merecido a los impíos. (Eclesiástico 12, 6)

  • hasta quebrar el poderío de los despiadados y dar su merecido a las naciones; (Eclesiástico 35, 20)

  • Un corazón tortuoso provoca contrariedades, pero el hombre de experiencia le da su merecido. (Eclesiástico 36, 20)

  • Pero todo eso está escrito ante mí, y no me quedaré callado, sino que les daré su merecido y se lo pondré en su propio pecho, (Isaías 65, 6)

  • ¡Huyan de en medio de Babilonia y sálvese quien pueda! ¡No perezcan por culpa de ella! Porque este es para el Señor el tiempo de la venganza: él le dará su merecido. (Jeremías 51, 6)

  • Tú les darás su merecido, Señor, conforme a la obra de sus manos. (Lamentaciones 3, 64)

  • ¡Porque está cerca el Día del Señor contra todas las naciones! Lo mismo que tú has hecho, se te hará a ti: ¡tu merecido recaerá sobre tu cabeza! (Abdías 1, 15)


“O bem dura eternamente.” São Padre Pio de Pietrelcina