Encontrados 225 resultados para: levitas

  • Ocuparon sus puestos, conforme al ritual según la ley de Moisés, el hombre de Dios, y los sacerdotes hacían aspersiones con la sangre que recibían de manos de los levitas. (II Crónicas 30, 16)

  • Como en la asamblea había muchos que no se habían purificado, los levitas se encargaron de inmolar las víctimas pascuales de todos los que no estaban debidamente purificados para consagrarlos al Señor. (II Crónicas 30, 17)

  • Los israelitas que se encontraban en Jerusalén celebraron con gran alegría la fiesta de los Ácimos durante siete días, mientras los levitas y los sacerdotes alababan diariamente al Señor con todas sus fuerzas. (II Crónicas 30, 21)

  • Ezequías habló cordialmente a todos los levitas que se habían aplicado con tanto acierto al servicio del Señor. Y así continuaron la solemnidad durante siete días, ofreciendo los sacrificios de comunión y alabando al Señor, el Dios de sus padres. (II Crónicas 30, 22)

  • Reinaba una gran alegría en toda la asamblea de Judá, lo mismo que entre los sacerdotes y levitas, entre los que habían llegado de Israel, los forasteros que llegaban del territorio de Israel y los habitantes de Judá. (II Crónicas 30, 25)

  • Ezequías restableció las clases de los sacerdotes y levitas, clase por clase, cada una según su servicio sacerdotal o levítico, para ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, para servir al culto y cantar alabanzas e himnos en las puertas del campamento del Señor. (II Crónicas 31, 2)

  • Luego mandó al pueblo que habitaba en Jerusalén que entregara la parte correspondiente a los sacerdotes y levitas, a fin de que estos pudieran dedicarse enteramente a la Ley del Señor. (II Crónicas 31, 4)

  • Ezequías pidió información a los sacerdotes y a los levitas acerca de esos montones, (II Crónicas 31, 9)

  • La inscripción de los sacerdotes se hacía por casa paternas, y la de los levitas -a partir de los veinte años- por funciones y por clases. (II Crónicas 31, 17)

  • En cuanto a los hijos de Aarón, a los sacerdotes que vivían en los campos suburbanos de sus respectivas ciudades, había para cada ciudad personas designadas expresamente, con el fin de repartir las provisiones a todos los varones de familia sacerdotal y a todos los levitas inscritos en el registro. (II Crónicas 31, 19)

  • Ellos se presentaron a Jilquías, el sumo sacerdote, y le entregaron el dinero recaudado para la Casa de Dios, que los levitas guardianes del umbral habían recogido de Manasés, de Efraím y de todo el resto de Israel, de todo Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén. (II Crónicas 34, 9)

  • Estos hombres realizaban su trabajo a conciencia. Como encargados al frente de ellos estaban los levitas Iájat y Abdías, de los hijos de Merarí, y Zacarías y Mesulám, de los hijos de Quehat, que dirigían las obras. Los levitas, que sabían tocar instrumentos musicales, (II Crónicas 34, 12)


“O bem dura eternamente.” São Padre Pio de Pietrelcina