Encontrados 1891 resultados para: jueces de Israel

  • Porque si alguien repudia por aversión, cubre su ropa de violencia, dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel. Tengan cuidado, entonces, de su espíritu y no traicionen. (Malaquías 2, 16)

  • Acuérdense de la Ley de Moisés, mi servidor, a quien yo prescribí, en el Horeb, preceptos y leyes para todo Israel. (Malaquías 3, 22)

  • Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel». (Mateo 2, 6)

  • y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». (Mateo 2, 20)

  • José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. (Mateo 2, 21)

  • Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: «Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe. (Mateo 8, 10)

  • El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel». (Mateo 9, 33)

  • Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. (Mateo 10, 6)

  • Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre. (Mateo 10, 23)

  • Y si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. (Mateo 12, 27)

  • Jesús respondió: «Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel». (Mateo 15, 24)

  • La multitud se admiraba al ver que los mudos hablaban, los inválidos quedaban curados, los paralíticos caminaban y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel. (Mateo 15, 31)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina