Encontrados 455 resultados para: fuentes de agua viva

  • Así lo espero ansiosamente, y no seré defraudado. Al contrario, estoy completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera, Cristo será glorificado en mi cuerpo. (Filipenses 1, 20)

  • Pero la que lleva una vida disipada, aunque viva, está muerta. (I Timoteo 5, 6)

  • A causa de tus frecuentes malestares estomacales, no bebas agua sola: toma un poco de vino. (I Timoteo 5, 23)

  • Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de doble filo: ella penetra hasta la raíz del alma y del espíritu, de las articulaciones y de la médula, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4, 12)

  • Efectivamente, cuando Moisés promulgó delante de todo el pueblo cada uno de los mandamientos escritos en la Ley, tomó la sangre de novillos y chivos -junto con el agua, la lana escarlata y el hisopo- y roció el Libro y también a todo el pueblo, (Hebreos 9, 19)

  • Acerquémonos, entonces, con un corazón sincero y llenos de fe, purificados interiormente de toda mala conciencia y con el cuerpo lavado por el agua pura. (Hebreos 10, 22)

  • ¿Acaso brota el agua dulce y la amarga de una misma fuente? (Santiago 3, 11)

  • ¿Acaso, hermanos, una higuera puede producir aceitunas, o higos una vid? Tampoco el mar puede producir agua dulce. (Santiago 3, 12)

  • Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva, (I Pedro 1, 3)

  • como quienes han sido engendrados de nuevo, no por un germen corruptible, sino incorruptible: la Palabra de Dios, viva y eterna. (I Pedro 1, 23)

  • Al acercarse a él, la piedra viva, rechazada por los hombres pero elegida y preciosa a los ojos de Dios, (I Pedro 2, 4)

  • a los que se resistieron a creer cuando Dios esperaba pacientemente, en los días en que Noé construía el arca. En ella, unos pocos -ocho en total- se salvaron a través del agua. (I Pedro 3, 20)


“Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina