Encontrados 455 resultados para: fuentes de agua viva

  • ¿Acaso vales más que No Amón, asentada entre las corrientes del Nilo, rodeada por las aguas, con un mar como baluarte y el agua como muralla? (Nahún 3, 8)

  • ¡Abastécete de agua para el asedio, refuerza tus defensas, entra en el barro y pisa la arcilla, toma el molde para los ladrillos! (Nahún 3, 14)

  • En cuanto a ti, por la sangre de su alianza yo libraré a tus cautivos de la fosa sin agua. (Zacarías 9, 11)

  • Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. (Mateo 3, 11)

  • Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se le abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. (Mateo 3, 16)

  • Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa». (Mateo 10, 42)

  • Entonces Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua». (Mateo 14, 28)

  • «Ven», le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a él. (Mateo 14, 29)

  • le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico y está muy mal: frecuentemente cae en el fuego y también en el agua. (Mateo 17, 15)

  • Al ver que no se llegaba a nada, sino que aumentaba el tumulto, Pilato hizo traer agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: «Yo soy inocente de esta sangre. Es asunto de ustedes». (Mateo 27, 24)

  • Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo». (Marcos 1, 8)

  • Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; (Marcos 1, 10)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina