Encontrados 96 resultados para: exclamó

  • Samuel le contó todo, sin ocultarle nada. Elí exclamó: "Él es el Señor; que haga lo que mejor le parezca". (I Samuel 3, 18)

  • Pero Eliab, su hermano mayor, al oírlo hablar así con esos hombres, se irritó contra él y exclamó: "¿Para qué has bajado aquí? ¿Y con quién has dejado esas pocas ovejas en el desierto? Ya sé que eres un atrevido y un mal intencionado: ¡tú has bajado para ver la batalla!". (I Samuel 17, 28)

  • Cuando David terminó de dirigir estas palabras a Saúl, este exclamó: "¿No es esa tu voz, hijo mío, David?", y prorrumpió en sollozos. (I Samuel 24, 17)

  • Y postrada a sus pies, exclamó: "¡Que la falta recaiga sobre mí, señor! ¡Pero permite que tu servidora hable en tu presencia! ¡Escucha sus palabras! (I Samuel 25, 24)

  • Cuando David supo que Nabal había muerto, exclamó: "¡Bendito sea el Señor, que ha defendido mi causa contra la afrenta que recibí de Nabal y ha preservado del mal a su servidor! ¡El Señor hizo que la maldad de Nabal recayera sobre él mismo!". Luego David mandó decir a Abigail que quería tomarla por esposa. (I Samuel 25, 39)

  • Saúl reconoció la voz de David y exclamó: "¿No es esa tu voz, David, hijo mío?". "Sí, dijo David, es mi propia voz, rey, mi señor". (I Samuel 26, 17)

  • Saúl exclamó entonces: "¡He pecado! ¡Vuelve, David, hijo mío! Ya no te haré ningún mal, porque hoy mi vida ha sido preciosa a tus ojos. ¡Sí, he sido un necio, me he equivocado por completo!". (I Samuel 26, 21)

  • David se enteró en seguida de lo sucedido y exclamó: "Yo y mi reino somos inocentes para siempre, delante del Señor, de la sangre de Abner, hijo de Ner. (II Samuel 3, 28)

  • Entonces el rey David fue a sentarse delante del Señor y exclamó: "¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa para que me hayas hecho llegar hasta aquí? (II Samuel 7, 18)

  • La mujer se presentó ante el rey y, postrándose con el rostro en tierra, exclamó: "¡Auxilio, rey!". (II Samuel 14, 4)

  • Entonces informaron a David: "Ajitófel está con Absalón entre los conjurados". Y él exclamó: "¡Entorpece, Señor, los consejos de Ajitófel!". (II Samuel 15, 31)

  • y exclamó: "¡Que el rey no me tenga en cuenta la falta! ¡No te acuerdes de la falta que cometió tu servidor, el día en que el rey, mi señor, salía de Jerusalén! ¡No le des importancia, (II Samuel 19, 20)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina