Encontrados 897 resultados para: espada del Espíritu

  • Él se despojó del manto que llevaba puesto y se lo dio a David, y lo mismo hizo con su indumentaria y hasta con su espada, su arco y su cinturón. (I Samuel 18, 4)

  • Al día siguiente, un mal espíritu que venía de Dios se apoderó de Saúl, y él se puso a delirar en medio de su casa. David tocaba su instrumento como los otros días, y Saúl tenía su lanza en la mano. (I Samuel 18, 10)

  • Entonces, un mal espíritu del Señor se apoderó de Saúl. Mientras él estaba sentado en su casa, con la lanza en la mano, y David tocaba su instrumento, (I Samuel 19, 9)

  • aquel envió emisarios para que detuvieran a David. Ellos vieron a la comunidad de profetas, con Samuel a la cabeza, en estado de trance profético. Entonces el espíritu del Señor invadió a los emisarios de Saúl, y también ellos entraron en trance. (I Samuel 19, 20)

  • De allí se dirigió a Naiot, en Ramá, y el espíritu del Señor se apoderó de él, de manera que fue caminando en estado de trance hasta Naiot, en Ramá. (I Samuel 19, 23)

  • David dijo a Ajimélec: "¿No tienes a mano una lanza o una espada? Porque yo no he traído ni mi espada ni mis armas, debido a la urgencia de la misión encomendada por el rey". (I Samuel 21, 9)

  • El sacerdote respondió: "La espada de Goliat, el filisteo que tú derrotaste en el valle del Terebinto, está allí, envuelta en un paño, detrás del efod. Tómala, si quieres, porque aquí no hay otra". "No hay otra espada igual a esa, respondió David: ¡dámela!". (I Samuel 21, 10)

  • Saúl se enteró de que David y sus compañeros habían sido descubiertos. Él se encontraba entonces en Guibeá, sentado debajo del tamarisco del lugar alto; tenía su espada en la mano y todos sus servidores estaban de pie en torno de él. (I Samuel 22, 6)

  • Ajimélec consultó por él al Señor, le dio provisiones y le entregó la espada de Goliat, el filisteo". (I Samuel 22, 10)

  • Saúl añadió: "¿Por qué han conspirado contra mí, tú y el hijo de Jesé? Tú le has dado pan y una espada, y has consultado a Dios por él, para que se subleve contra mí y me tienda asechanzas, como sucede en el día de hoy". (I Samuel 22, 13)

  • En Nob, la ciudad de los sacerdotes, Saúl pasó al filo de la espada a hombres y mujeres, niños y pequeños, bueyes, asnos y ovejas. (I Samuel 22, 19)

  • Entonces David dijo a sus hombres: "Que cada uno se ciña su espada". Ellos se ciñeron cada uno su espada, y también David se ciñó la suya. Luego, unos cuatrocientos hombres subieron detrás de David, y los otros doscientos se quedaron con el equipaje. (I Samuel 25, 13)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina