Encontrados 562 resultados para: espíritu libre

  • Samuel tomó el frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el espíritu del Señor descendió sobre David. Samuel, por su parte, partió y se fue a Ramá. (I Samuel 16, 13)

  • El espíritu del Señor se había retirado de Saúl, y lo atormentaba un mal espíritu, enviado por el Señor. (I Samuel 16, 14)

  • Sus servidores le dijeron: "Un mal espíritu de Dios no deja de atormentarte. (I Samuel 16, 15)

  • Basta que nuestro señor lo diga, y los servidores que te asisten buscarán un hombre que sepa tocar la cítara. Así, cuando te asalte el mal espíritu de Dios, él tocará la cítara, y tú te sentirás aliviado". (I Samuel 16, 16)

  • Y cuando un espíritu de Dios asaltaba a Saúl, David tomaba la cítara y tocaba. Saúl se calmaba y se sentía aliviado, y el mal espíritu se retiraba de él. (I Samuel 16, 23)

  • Al día siguiente, un mal espíritu que venía de Dios se apoderó de Saúl, y él se puso a delirar en medio de su casa. David tocaba su instrumento como los otros días, y Saúl tenía su lanza en la mano. (I Samuel 18, 10)

  • Entonces, un mal espíritu del Señor se apoderó de Saúl. Mientras él estaba sentado en su casa, con la lanza en la mano, y David tocaba su instrumento, (I Samuel 19, 9)

  • aquel envió emisarios para que detuvieran a David. Ellos vieron a la comunidad de profetas, con Samuel a la cabeza, en estado de trance profético. Entonces el espíritu del Señor invadió a los emisarios de Saúl, y también ellos entraron en trance. (I Samuel 19, 20)

  • De allí se dirigió a Naiot, en Ramá, y el espíritu del Señor se apoderó de él, de manera que fue caminando en estado de trance hasta Naiot, en Ramá. (I Samuel 19, 23)

  • y dijo a sus hombres: "¡Dios me libre de hacer semejante cosa a mi señor, el ungido del Señor! ¡No extenderé mi mano contra él, porque es el ungido del Señor!". (I Samuel 24, 7)

  • Hoy yo he mostrado un gran aprecio por tu vida: ¡que el Señor muestre el mismo aprecio por la mía y me libre de todo peligro!". (I Samuel 26, 24)

  • Porque tú no escuchaste la voz del Señor y no diste libre curso a su ira contra Amalec, por eso, el Señor te ha tratado de esta manera en el día de hoy. (I Samuel 28, 18)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina