Encontrados 144 resultados para: esas

  • entonces, tengan la plena seguridad de que el Señor, su Dios, no seguirá desposeyendo a esas naciones delante de ustedes, y ellos serán para ustedes una red, un lazo, un látigo sobre sus costados, y aguijones en sus ojos, hasta que por fin desaparecerán de esta hermosa tierra que les dio el Señor, su Dios. (Josué 23, 13)

  • Ya estoy a punto de irme por el camino que les toca recorrer a todos. Reconozcan entonces con todo su corazón y con toda su alma, que ni una sola de todas esas admirables promesas que les hizo el Señor, ha caído en el vacío: todas se han cumplido, y no falló ni una sola. (Josué 23, 14)

  • Por eso el Señor, en lugar de expulsar inmediatamente a esas naciones, las dejó en paz y no las entregó en manos de Josué. (Jueces 2, 23)

  • Esas naciones son las siguientes: los filisteos con sus cinco príncipes y todos los cananeos, los sidonios y los hititas que habitaban en la montaña del Líbano, desde el monte de Baal Hermón hasta la Entrada de Jamat. (Jueces 3, 3)

  • "Perdón, señor, le respondió Gedeón; pero si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos sucede todo esto? ¿Dónde están todas esas maravillas que nos contaron nuestros padres, cuando nos decían: ‘El Señor nos hizo subir de Egipto’? Pero ahora él nos ha desamparado y nos ha entregado en manos de Madián". (Jueces 6, 13)

  • Los príncipes de los filisteos le mandaron siete cuerdas de arco frescas, sin dejarlas secar, y Dalila lo ató con esas cuerdas. (Jueces 16, 8)

  • Entonces tomaron la palabra los cinco hombres que habían ido a explorar la región de Lais, y dijeron a sus hermanos: "¿Saben lo que hay en esas casas? Hay un efod, unos ídolos familiares y una estatua de metal fundido. Ahora vean lo que tienen que hacer". (Jueces 18, 14)

  • Él respondió: "En esas condiciones yo no puedo comprar, porque perjudicaría a mis herederos. Ejerce tú mi derecho, porque yo no puedo hacerlo". (Rut 4, 6)

  • Entonces les dijo: "¿Por qué hacen esas cosas? Oigo hablar a todo el pueblo de las malas acciones que ustedes cometen. (I Samuel 2, 23)

  • El espíritu de Dios irrumpió sobre Saúl cuando este oyó esas palabras, y una violenta ira se apoderó de él. (I Samuel 11, 6)

  • Pero Eliab, su hermano mayor, al oírlo hablar así con esos hombres, se irritó contra él y exclamó: "¿Para qué has bajado aquí? ¿Y con quién has dejado esas pocas ovejas en el desierto? Ya sé que eres un atrevido y un mal intencionado: ¡tú has bajado para ver la batalla!". (I Samuel 17, 28)

  • David se tomó muy a pecho esas palabras y tuvo miedo de Aquís, rey de Gat. (I Samuel 21, 13)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina