Encontrados 356 resultados para: ejército filisteo

  • La mujer de Saúl se llamaba Ajinóam, hija de Ajimáas. El jefe de su ejército se llamaba Abner, hijo de Ner, tío de Saúl. (I Samuel 14, 50)

  • Entonces salió del campo filisteo un luchador llamado Goliat, de Gat, que medía casi tres metros de altura. (I Samuel 17, 4)

  • El filisteo se detuvo y gritó a las filas de Israel: "¿Para qué salen a presentar batalla? ¿No soy yo el filisteo y ustedes los esclavos de Saúl? Elijan a un hombre, y que baje a enfrentarme. (I Samuel 17, 8)

  • Y el filisteo añadió: "Hoy lanzo un desafío a las filas de Israel. Preséntenme un hombre y nos batiremos en duelo". (I Samuel 17, 10)

  • Saúl y todo Israel, al oír estas palabras del filisteo, quedaron espantados y sintieron un gran temor. (I Samuel 17, 11)

  • Mientras tanto, el filisteo se adelantaba por la mañana y por la tarde, y así se presentó durante cuarenta días. (I Samuel 17, 16)

  • David se levantó de madrugada, dejó el rebaño al cuidado de un guardián y partió con su carga, como se lo había mandado Jesé. Cuando llegó al cerco del campamento, el ejército avanzaba en orden de batalla, lanzando el grito de guerra. (I Samuel 17, 20)

  • Mientras estaba hablando con ellos, subió del frente filisteo el luchador llamado Goliat, el filisteo de Gat. Pronunció las mismas palabras, y David lo escuchó. (I Samuel 17, 23)

  • David preguntó a los hombres que estaban con él: "¿Qué le harán al hombre que derrote a ese filisteo y ponga a salvo el honor de Israel? Porque ¿quién es ese filisteo incircunciso para desafiar a las huestes del Dios viviente?". (I Samuel 17, 26)

  • David dijo a Saúl: "No hay que desanimarse a causa de ese; tu servidor irá a luchar contra el filisteo". (I Samuel 17, 32)

  • Pero Saúl respondió a David: "Tú no puedes batirte con ese filisteo, porque no eres más que un muchacho, y él es un hombre de guerra desde su juventud". (I Samuel 17, 33)

  • Así he matado leones y osos, y ese filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a las huestes del Dios viviente". (I Samuel 17, 36)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina