Encontrados 35 resultados para: convertirá

  • el páramo se convertirá en un estanque y la tierra sedienta en manantiales; la morada donde se recostaban los chacales será un paraje de caña y papiros. (Isaías 35, 7)

  • Así habla el Señor, el redentor de ustedes, el Santo de Israel: A causa de ustedes, yo envié gente a Babilonia, para hacer saltar todos los cerrojos, y el júbilo de los caldeos se convertirá en lamentos. (Isaías 43, 14)

  • El más pequeño se convertirá en un millar, el menor, en una nación poderosa. Yo, el Señor, lo haré rápidamente, a su tiempo. (Isaías 60, 22)

  • Y yo haré desaparecer de las ciudades de Judá y de las calles de Jerusalén el grito de alegría y el grito de júbilo, el canto del esposo y el canto de la esposa, porque el país se convertirá en una ruina. (Jeremías 7, 34)

  • ¡Den gloria al Señor, su Dios, antes que él haga oscurecer, antes que los pies de ustedes tropiecen contra las montañas del crepúsculo! Ustedes aguardan la luz, y él la cambiará en tinieblas, la convertirá en densa oscuridad. (Jeremías 13, 16)

  • Pero si ustedes no escuchan estas palabras, juro por mí mismo -oráculo del Señor- que esta Casa se convertirá en un montón de ruinas. (Jeremías 22, 5)

  • Sí, lo juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Bosrá se convertirá en devastación, oprobio, desierto y maldición, y todas sus ciudades serán ruinas eternas. (Jeremías 49, 13)

  • Edóm se convertirá en una devastación; todo el que pase junto a ella quedará pasmado, y silbará de estupor al ver todas sus plagas. (Jeremías 49, 17)

  • yo haré cesar en las ciudades de Judá y dentro de Jerusalén el grito de gozo y el grito de alegría, el canto del esposo y el canto de la esposa, y todo el país se convertirá en un desierto sin habitantes. (Baruc 2, 23)

  • Yo le quitaré su alegría de ciudad populosa, y su jactancia se convertirá en duelo. (Baruc 4, 34)

  • Arrojarán su plata por las calles y su oro se convertirá en basura: su plata y su oro no podrán salvarlos el día del furor del Señor. No saciarán su avidez, ni llenarán sus entrañas, porque el oro y la plata fueron la piedra de tropiezo que los hizo caer en la iniquidad. (Ezequiel 7, 19)

  • Las ciudades habitadas quedarán en ruinas y el país se convertirá en un desierto: así ustedes sabrán que yo soy el Señor. (Ezequiel 12, 20)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina