Encontrados 88 resultados para: caldeos

  • ¡Una espada contra los caldeos -oráculo del Señor- y sobre los habitantes de Babel, sobre sus príncipes y sus sabios! (Jeremías 50, 35)

  • Por eso, oigan el plan del Señor sobre Babilonia, sus proyectos sobre el país de los caldeos. Sí, hasta las ovejas más pequeñas serán arrastradas, la pradera se asombrará a causa de ellas. (Jeremías 50, 45)

  • Que caigan víctimas de la espada en el país de los caldeos, y sean traspasados en sus calles. (Jeremías 51, 4)

  • ¡Oigan! Un clamor sale de Babilonia, un gran estruendo del país de los caldeos. (Jeremías 51, 54)

  • se abrió una brecha en la ciudad. Entonces huyeron todos los hombres de guerra, saliendo de la ciudad durante la noche, por el camino de la puerta entre las dos murallas que está cerca del jardín del rey; y mientras los caldeos rodeaban la ciudad, ellos tomaron el camino de la Arabá. (Jeremías 52, 7)

  • Las tropas de los caldeos persiguieron al rey, y alcanzaron a Sedecías en las estepas de Jericó, donde se desbandó todo su ejército, dejándolo solo. (Jeremías 52, 8)

  • Los caldeos capturaron al rey y lo hicieron subir hasta Riblá, en el país de Jamat, ante el rey de Babilonia, que dictó sentencia contra él. (Jeremías 52, 9)

  • Después, el ejército de los caldeos que estaba con el comandante de la guardia derribó todas las murallas que rodeaban a Jerusalén. (Jeremías 52, 14)

  • Además, los caldeos hicieron pedazos las columnas de bronce de la Casa del Señor, las bases y el Mar de bronce que estaba en la Casa del Señor, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. (Jeremías 52, 17)

  • en el año quinto, el séptimo día del mes, en la época en que los caldeos habían tomado Jerusalén y la habían incendiado. (Baruc 1, 2)

  • Más aún, los mismos caldeos los desacreditan: cuando ven a un mudo que no puede hablar, lo presentan a Bel, pidiéndole que recupere el habla, como si el dios fuera capaz de entender; (Baruc 6, 40)

  • la palabra del Señor llegó a Ezequiel, hijo del sacerdote Buzí, en el país de los caldeos, a orillas del río Quebar. Allí la mano del Señor descendió sobre él. (Ezequiel 1, 3)


“Padre Pio disse a um filho espiritual: Trabalhe! Ele perguntou: No que devo trabalhar, Padre? Ele respondeu: Em amar sempre mais a Jesus!” São Padre Pio de Pietrelcina