Encontrados 725 resultados para: cal

  • Luego dijo a los mensajeros que habían venido: "Así hablarán a los hombres de Iabés en Galaad: ‘Mañana, a la hora en que más calienta el sol, serán socorridos’". Los mensajeros llevaron la noticia a los hombres de Iabés, y estos se llenaron de alegría. (I Samuel 11, 9)

  • A la mañana siguiente, Saúl dividió al pueblo en tres grupos. Ellos irrumpieron en medio del campo en la vigilia de la mañana, y batieron a los amonitas hasta la hora de más calor. Los sobrevivientes se dispersaron de tal manera que no quedaron dos hombres juntos. (I Samuel 11, 11)

  • Sus hijos fueron Jonatán, Isví y Malquisúa. Sus dos hijas se llamaban, la mayor Merab y la menor Mical. (I Samuel 14, 49)

  • Y cuando un espíritu de Dios asaltaba a Saúl, David tomaba la cítara y tocaba. Saúl se calmaba y se sentía aliviado, y el mal espíritu se retiraba de él. (I Samuel 16, 23)

  • Mientras tanto, Mical, la otra hija de Saúl, se había enamorado de David. Cuando se lo contaron a Saúl, este recibió con agrado la noticia, (I Samuel 18, 20)

  • David partió con sus hombres y mató a doscientos filisteos. Luego trajo los prepucios y presentó ante el rey el número completo, para poder ser su yerno. Entonces Saúl le dio como esposa a su hija Mical. (I Samuel 18, 27)

  • Saúl, al ver esto, comprendió que el Señor estaba con David y que su hija Mical lo amaba. (I Samuel 18, 28)

  • Saúl envió unos emisarios a la casa de David, para vigilarlo y darle muerte a la mañana. Pero Mical, su esposa, le advirtió: "Si no salvas tu vida esta noche, mañana estarás muerto". (I Samuel 19, 11)

  • Mical ayudó a David a bajar por la ventana, y él huyó para ponerse a salvo. (I Samuel 19, 12)

  • Luego, Mical tomó el ídolo familiar y lo colocó sobre la cama; puso en la cabecera un cuero de cabra y lo cubrió con una manta. (I Samuel 19, 13)

  • Saúl envió emisarios para que detuvieran a David, pero Mical les dijo: "Está enfermo". (I Samuel 19, 14)

  • Saúl dijo a Mical: "¿Qué manera de engañarme es esta? ¡Has dejado escapar a mi enemigo!". Mical le respondió: "Él me dijo: ‘O me dejas partir o te mato’". (I Samuel 19, 17)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina