Encontrados 316 resultados para: amistad con el mundo

  • Porque el mundo entero estaba iluminado por una luz resplandeciente y se dedicaba libremente a sus trabajos; (Sabiduría 17, 20)

  • Pero merecían estar privados de la luz y prisioneros de las tinieblas los que habían retenido cautivos a tus hijos, por quienes debía transmitirse al mundo la luz incorruptible de la Ley. (Sabiduría 18, 4)

  • Porque sobre sus vestiduras sacerdotales estaba el mundo entero, sobre las cuatro hileras de piedras preciosas estaban grabados los nombres gloriosos de los Padres, y sobre la diadema de su cabeza estaba tu Majestad. (Sabiduría 18, 24)

  • El que teme al Señor encamina bien su amistad, porque como es él, así también será su amigo. (Eclesiástico 6, 17)

  • Él gobierna el mundo con la palma de la mano y todo obedece a su voluntad, ya que él, por su poder, es el Rey de todas las cosas y separa las sagradas de las profanas. (Eclesiástico 18, 3)

  • La vergüenza de un padre es tener un hijo mal educado, y si es una hija, viene al mundo para su desgracia. (Eclesiástico 22, 3)

  • El que tira una piedra a los pájaros, los espanta; el que afrenta a un amigo, rompe la amistad. (Eclesiástico 22, 20)

  • Con tres cosas me adorno y me presento embellecidadelante del Señor y de los hombres: la concordia entre hermanos, la amistad entre vecinos y una mujer y un marido que se llevan bien. (Eclesiástico 25, 1)

  • porque como el asesino destruye a su víctima, así has destruido la amistad de tu prójimo: (Eclesiástico 27, 18)

  • No te avergüences de corregir al insensato y al necio, ni al anciano decrépito que rivaliza con los jóvenes. Así demostrarás que estás verdaderamente instruido y serás estimado por todo el mundo. (Eclesiástico 42, 8)

  • Por tus cantos, tus proverbios y tus sentencias, y por tus interpretaciones, fuiste la admiración del mundo. (Eclesiástico 47, 17)

  • En mi juventud, antes de andar por el mundo, busqué abiertamente la sabiduría en la oración; (Eclesiástico 51, 13)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina