Encontrados 316 resultados para: amistad con el mundo

  • Ellos son del mundo, por eso hablan el lenguaje del mundo y el mundo los escucha. (I Juan 4, 5)

  • Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él. (I Juan 4, 9)

  • Y nosotros hemos visto y atestiguamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo. (I Juan 4, 14)

  • La señal de que el amor ha llegado a su plenitud en nosotros, está en que tenemos plena confianza ante el día del Juicio, porque ya en este mundo somos semejantes a él. (I Juan 4, 17)

  • porque el que ha nacido de Dios, vence al mundo. Y la victoria que triunfa sobre el mundo es nuestra fe. (I Juan 5, 4)

  • ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? (I Juan 5, 5)

  • Sabemos que somos de Dios, y que el mundo entero está bajo el poder del Maligno. (I Juan 5, 19)

  • Porque han invadido el mundo muchos seductores que no confiesan a Jesucristo manifestado en la carne. ¡Ellos son el Seductor y el Anticristo! (II Juan 1, 7)

  • Ya que has cumplido mi consigna de ser constante, yo también te preservaré en la hora de la tribulación, que ha de venir sobre el mundo entero para poner a prueba a todos los habitantes de la tierra. (Apocalipsis 3, 10)

  • Cuando el séptimo Ángel tocó la trompeta, resonaron en el cielo unas voces potentes que decían: «El dominio del mundo ha pasado a manos de nuestro Señor y de su Mesías, y él reinará por los siglos de los siglos». (Apocalipsis 11, 15)

  • Y así fue precipitado el enorme Dragón, la antigua Serpiente, llamada Diablo o Satanás, y el seductor del mundo entero fue arrojado sobre la tierra con todos sus ángeles. (Apocalipsis 12, 9)

  • Y la adoraron todos los habitantes de la tierra cuyos nombres no figuran, desde la creación del mundo, en el Libro de la Vida del Cordero que ha sido inmolado. (Apocalipsis 13, 8)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina