Encontrados 103 resultados para: La rebelión de Absalón

  • A Absalón le nacieron tres hijos y una hija, llamada Tamar, que era muy hermosa. (II Samuel 14, 27)

  • Absalón estuvo tres años en Jerusalén sin ver al rey. (II Samuel 14, 28)

  • Por eso, Absalón dijo a sus servidores: "Ustedes saben que Joab tiene un campo al lado del mío, donde ha sembrado cebada. Vayan a prenderle fuego". Y los servidores de Absalón incendiaron el campo. (II Samuel 14, 30)

  • Joab fue a ver a Absalón a su casa y le dijo: "¿Por qué tus servidores han incendiado el campo que me pertenece?". (II Samuel 14, 31)

  • Absalón replicó a Joab: "Yo te mandé a decir que vinieras, a fin de enviarte al rey con este mensaje: ‘¿Para qué he vuelto de Guesur? ¡Más me valdría estar todavía allí! Ahora quiero comparecer ante el rey, y si tengo alguna culpa, que me haga morir’". (II Samuel 14, 32)

  • Joab fue a ver al rey y le llevó la noticia. Entonces el rey llamó a Absalón. Este se presentó ante él, se postró con el rostro en tierra, y el rey lo abrazó. (II Samuel 14, 33)

  • Después de esto, Absalón se consiguió un carro de guerra, caballos y cincuenta hombres que corrían delante de él. (II Samuel 15, 1)

  • Se levantaba temprano, se paraba junto al camino de la Puerta, y a todo el que iba a presentar un pleito al rey, en demanda de justicia, Absalón lo llamaba y le preguntaba: "¿De qué ciudad eres tú?". Y cuando el hombre respondía: "Tu servidor es de tal tribu de Israel", (II Samuel 15, 2)

  • Así procedía Absalón con todo Israel, cuando acudían al rey en demanda de justicia, y de esta manera se conquistaba el afecto de los israelitas. (II Samuel 15, 6)

  • Al cabo de cuatro años, Absalón dijo al rey: "Por favor, déjame ir a Hebrón para cumplir el voto que hice al Señor. (II Samuel 15, 7)

  • Mientras tanto, Absalón había enviado emisarios por todas las tribus de Israel, con esta consigna: "Apenas oigan el toque de la trompeta, ustedes dirán: ‘¡Absalón es rey en Hebrón!’". (II Samuel 15, 10)

  • Junto con Absalón partieron de Jerusalén doscientos hombres, invitados por él, que iban con toda inocencia, sin sospechar nada del asunto. (II Samuel 15, 11)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina