Encontrados 101 resultados para: Castigo

  • La Sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, pero no dejará sin castigo las palabras del blasfemo, porque Dios es el testigo de sus sentimientos, el observador veraz de su corazón, y escucha todo lo que dice su lengua. (Sabiduría 1, 6)

  • Pero los impíos tendrán un castigo conforme a sus razonamientos, porque desdeñaron al justo y se apartaron del Señor. (Sabiduría 3, 10)

  • Así, lo mismo que sirvió de castigo a sus enemigos fue para ellos un beneficio en sus dificultades. (Sabiduría 11, 5)

  • como castigo por un decreto infanticida, les diste, contra toda esperanza, un agua abundante, (Sabiduría 11, 7)

  • A causa de sus insensatos e injustos pensamientos, que los extraviaban hasta hacerles rendir culto a reptiles irracionales y a insectos despreciables, tú les enviaste como castigo una multitud de animales irracionales, (Sabiduría 11, 15)

  • Entonces, como a niños que no razonan, les enviaste un castigo irrisorio. (Sabiduría 12, 25)

  • Porque no es el poder de aquellos por quienes se jura, sino el justo castigo reservado a los pecadores, lo que recae siempre sobre la transgresión de los injustos. (Sabiduría 14, 31)

  • En lugar de ese castigo, fuiste benévolo con tu pueblo, y para satisfacer su voraz apetito, le preparaste como alimento un manjar exquisito: ¡las codornices! (Sabiduría 16, 2)

  • porque con el castigo que infligiste a nuestros adversarios, tú nos cubriste de gloria, llamándonos a ti. (Sabiduría 18, 8)

  • Un mismo castigo hería al esclavo y al dueño, el hombre del pueblo sufría lo mismo que el rey. (Sabiduría 18, 11)

  • Él venció la animosidad divina, no con la fuerza del cuerpo ni con el poder de las armas, sino que, por medio de la palabra, hizo entrar en razón al que infligía el castigo, recordándole las alianzas y los juramentos hechos a los Padres. (Sabiduría 18, 22)

  • La fuerza de las cosas los arrastraba con toda justicia a ese extremo y les hacía olvidar lo que había sucedido, para que terminaran de sufrir el castigo que aún faltaba a sus tormentos: (Sabiduría 19, 4)


“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina