Encontrados 88 resultados para: Bendición Sacerdotal

  • El Señor ordenará que la bendición esté contigo en tus graneros y en todas tus empresas, y te bendecirá en la tierra que él te da. (Deuteronomio 28, 8)

  • Cuando te sucedan todas estas cosas -la bendición y la maldición que he puesto delante de ti- si las meditas en tu corazón en medio de las naciones donde el Señor, tu Dios, te habrá arrojado, (Deuteronomio 30, 1)

  • Hoy tomo por testigos contra ustedes al cielo y a la tierra: yo he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, y vivirás, tú y tus descendientes, (Deuteronomio 30, 19)

  • Esta es la bendición con que Moisés, el hombre de Dios, bendijo a los israelitas antes de morir. (Deuteronomio 33, 1)

  • Dijo acerca de Neftalí: "Neftalí, saciado de favor y colmado de la bendición del Señor, toma posesión del oeste y del sur". (Deuteronomio 33, 23)

  • Después de eso, Josué leyó cada una de las palabras de la Ley -la bendición y la maldición- exactamente como está escrito en el libro de la Ley. (Josué 8, 34)

  • Dígnate, entonces, bendecir la casa de tu servidor, para que ella permanezca siempre en tu presencia. Porque tú, Señor, has hablado, y con tu bendición la casa de tu servidor será bendita para siempre". (II Samuel 7, 29)

  • El rey respondió a Absalón: "No, hijo mío, no vamos a ir todos a ponerte en gastos". Él le insistió, pero David no quiso ir y lo despidió con su bendición. (II Samuel 13, 25)

  • Al cuarto día se reunieron en el valle de la Bendición, donde bendijeron al Señor; por eso se dio a este lugar el nombre de valle de la Bendición hasta el día de hoy. (II Crónicas 20, 26)

  • Ezequías restableció las clases de los sacerdotes y levitas, clase por clase, cada una según su servicio sacerdotal o levítico, para ofrecer los holocaustos y los sacrificios de comunión, para servir al culto y cantar alabanzas e himnos en las puertas del campamento del Señor. (II Crónicas 31, 2)

  • En cuanto a los hijos de Aarón, a los sacerdotes que vivían en los campos suburbanos de sus respectivas ciudades, había para cada ciudad personas designadas expresamente, con el fin de repartir las provisiones a todos los varones de familia sacerdotal y a todos los levitas inscritos en el registro. (II Crónicas 31, 19)

  • Luego los levitas Josué, Cadmiel, Baní, Jasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petajías dijeron: "¡Levántense, bendigan al Señor, su Dios, desde siempre y para siempre! Sea bendecido tu Nombre glorioso, que supera toda bendición y alabanza". (Nehemías 9, 5)


“Submeter-se não significa ser escravo, mas ser livre para receber santos conselhos.” São Padre Pio de Pietrelcina