Encontrados 220 resultados para: -obra

  • Se la entregarás al ponerse el sol, para que pueda acostarse con su ropa. Así él te bendecirá, y tú habrás realizado una obra de justicia a los ojos del Señor, tu Dios. (Deuteronomio 24, 13)

  • Maldito sea el hombre que hace un ídolo tallado o de metal fundido -abominación para el Señor, obra de un artesano- y lo guarda en un lugar oculto. Y todo el pueblo responderá: Amén. (Deuteronomio 27, 15)

  • Él es la Roca: su obra es perfecta, todos sus caminos son justos; es un Dios fiel y sin falsedad, justiciero y recto. (Deuteronomio 32, 4)

  • Bendice, Señor, su valor y acepta la obra de sus manos. Castiga las espaldas de sus agresores y que sus enemigos no se levanten más". (Deuteronomio 33, 11)

  • Y cuando toda aquella generación fue a reunirse con sus padres, surgió una nueva generación que no conocía al Señor ni la obra que había hecho en favor de Israel. (Jueces 2, 10)

  • Saúl dijo a la tropa: "Bajemos esta noche a perseguir a los filisteos; los saquearemos hasta que despunte el alba y no les dejaremos ni un solo hombre". Ellos respondieron: "Obra como mejor te parezca". Pero el sacerdote dijo: "Consultemos a Dios aquí mismo". (I Samuel 14, 36)

  • Saúl dijo a todo Israel: "Ustedes se quedarán de un lado, y yo y mi hijo Jonatán del otro". El pueblo dijo a Saúl: "Obra como mejor te parezca". (I Samuel 14, 40)

  • A causa de tu palabra y conforme a tu designio, tú has hecho esta gran obra, dándosela a conocer a tu servidor. (II Samuel 7, 21)

  • Y ahora, Señor Dios, confirma para siempre la palabra que has pronunciado acerca de tu servidor y de su casa, y obra conforme a lo que has dicho. (II Samuel 7, 25)

  • Obra conforme a tu sabiduría, y no dejes que sus cabellos blancos bajen en paz al Abismo. (I Reyes 2, 6)

  • Jeroboám era un hombre de gran valía, y Salomón, al ver cómo el joven ejecutaba la obra, lo puso al frente de los servicios que debía prestar la casa de José. (I Reyes 11, 28)

  • Además, por medio del profeta Jehú, hijo de Jananí, la palabra del Señor fue dirigida a Basá y a su casa, por todo el mal que este había hecho a los ojos del Señor, provocando su indignación con la obra de sus manos, hasta el punto de llegar a ser como la casa de Jeroboám, y también por haber exterminado su estirpe. (I Reyes 16, 7)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina