Encontrados 64 resultados para: tuyo

  • Ahora quiero edificar una Casa al Nombre de Yavé, mi Dios, según lo que Yavé dijo a mi padre: El hijo tuyo, que yo pondré en tu lugar sobre tu trono, me edificará una Casa. (1 Reyes 5, 5)

  • Entonces Yavé dijo a Salomón: «No has guardado mi Alianza, ni los preceptos que te había ordenado. Por esto te quitaré una parte de tu reino y se la daré a un servidor tuyo. (1 Reyes 11, 11)

  • El rey de Israel le mandó a decir: «Como lo dices, oh rey, mi señor, yo soy tuyo y todo lo que me pertenece es tuyo.» (1 Reyes 20, 4)

  • Los hombres lo tomaron como buena señal y se apresuraron a aprovechar esta respuesta diciendo: «Hermano tuyo es Ben-Hadad.» El les dijo: «Vayan y tráiganlo.» Ben-Hadad salió hacia el rey de Israel y el rey lo hizo subir a su carro. (1 Reyes 20, 33)

  • Tú has constituido a Israel tu pueblo, como pueblo tuyo para siempre, y tú, Yavé, te has hecho su Dios. (1 Crónicas 17, 22)

  • El rey David replicó a Ornán: «No, quiero comprártelo por su justo precio, pues no tomaré para Yavé lo que es tuyo, ni quiero ofrecerle sacrificios que no me cuesten.» (1 Crónicas 21, 24)

  • Tuya, oh Yavé, es la grandeza, la fuerza, la magnificencia, la duración y la gloria; pues tuyo es cuanto hay en el cielo y en la tierra. (1 Crónicas 29, 11)

  • Yavé, Dios nuestro, todo lo que amontonamos para edificar una Casa para tu Santo Nombre viene de tu mano; todo es tuyo. (1 Crónicas 29, 16)

  • Pero no edificarás tú la Casa, sino un hijo tuyo, nacido de tu sangre. (2 Crónicas 6, 9)

  • Ajab, rey de Israel, dijo a Josafat, rey de Judá: «¿Quieres marchar conmigo contra Ramot de Galaad?» Le contestó: «Somos uno solo yo y tú. Tanto mi pueblo como el tuyo estaremos contigo en la batalla.» (2 Crónicas 18, 3)

  • ¿Por qué me vuelves la cara y me tratas como a un enemigo tuyo? (Job 13, 24)

  • Coloca tú mismo mi fianza al lado tuyo, ya que ningún amigo se compromete por mí. (Job 17, 3)


“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina