Encontrados 372 resultados para: siete

  • Se llegaba al vestíbulo por siete peldaños, palmas decoraban los pilares de un extremo al otro. (Ezequiel 40, 26)

  • Luego entró en el santuario y midió el pilar de la entrada, medía dos codos de ancho. La entrada medía seis, y el muro de cada lado, siete. (Ezequiel 41, 3)

  • Durante siete días ofrecerás diariamente un chivo como expiación; se sacrificará igualmente un novillo y un carnero sacado del rebaño. (Ezequiel 43, 25)

  • Durante siete días se harán súplicas por el altar, lo purificarán y lo inaugurarán. (Ezequiel 43, 26)

  • Cuando uno de ellos tenga que purificarse, se contarán siete días, (Ezequiel 44, 26)

  • Se hará lo mismo el siete del mes en favor de los que hayan pecado involuntariamente o sin pensarlo; así harán la expiación por la Casa. (Ezequiel 45, 20)

  • El día catorce del primer mes será para ustedes la fiesta de Pascua; durante siete días comerán pan sin levadura. (Ezequiel 45, 21)

  • Durante los siete días de la fiesta se ofrecerán cada día a Yavé siete toros y siete carneros en holocausto, y cada día un chivo como sacrificio por el pecado. (Ezequiel 45, 23)

  • Para la fiesta de las Tiendas, el quince del séptimo mes, se hará lo mismo durante siete días; ofrecerán sacrificios por el pecado, holocausto, ofrendas y aceite. (Ezequiel 45, 25)

  • Entonces el rey cambió de actitud con respecto a ellos y se enfureció. Ordenó que se calentara el horno siete veces más de lo corriente. (Daniel 3, 19)

  • que su corazón deje de ser humano, y se le dé un corazón de bestia y pasen siete tiempos sobre él (Daniel 4, 13)

  • En cuanto a lo que ha visto el rey, un ángel, un santo que bajaba del cielo y decía: «Corten el árbol, destruyéndolo, pero el tronco y las raíces déjenlos en tierra, con ataduras de hierro y bronce, entre la hierba del campo, que lo moje el rocío del cielo y participe de la suerte de los animales del campo hasta que hayan pasado por él siete tiempos, mira que voy a explicártelo (Daniel 4, 20)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina