Encontrados 20185 resultados para: sé
oro muy fino. Allí se encuentran también aromas y piedras preciosas. (Génesis 2, 12)
El segundo río se llamaba Guijón y rodea la tierra de Cus. (Génesis 2, 13)
El tercer río se llama Tigris, y fluye al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. (Génesis 2, 14)
pero no comerás del árbol de la Ciencia del bien y del mal. El día que comas de él, ten la seguridad de que morirás.» (Génesis 2, 17)
Dijo Yavé Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Le daré, pues, un ser semejante a él para que lo ayude.» (Génesis 2, 18)
Entonces Yavé Dios formó de la tierra a todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los llevó ante el hombre para que les pusiera nombre. Y el nombre de todo ser viviente había de ser el que el hombre le había dado. (Génesis 2, 19)
El hombre puso nombre a todos los animales, a las aves del cielo y a las fieras salvajes. Pero no se encontró a ninguno que fuera a su altura y lo ayudara. (Génesis 2, 20)
Entonces Yavé hizo caer en un profundo sueño al hombre y éste se durmió. Le sacó una de sus costillas y rellenó el hueco con carne. (Génesis 2, 21)
«Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada varona porque del varón ha sido tomada.» (Génesis 2, 23)
Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser una sola carne. (Génesis 2, 24)
Los dos estaban desnudos, hombre y mujer, pero no sentían vergüenza. (Génesis 2, 25)
La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yavé Dios había hecho. Dijo a la mujer: «¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?» (Génesis 3, 1)