Encontrados 149 resultados para: regreso de los setenta

  • y ustedes se han lanzado hoy contra la familia de mi padre. Ustedes han matado de una vez a todos sus hijos, setenta hombres, y han puesto por rey sobre los señores de Siquem a Abimelec, el hijo de su esclava, por ser el hermano de ustedes. (Jueces 9, 18)

  • Así debía ser castigado el crimen cometido contra los setenta hijos de Jerubaal, para que su sangre cayera sobre su hermano Abimelec, que los había asesinado, y también sobre los señores de Siquem, que lo habían ayudado a asesinar a sus hermanos. (Jueces 9, 24)

  • Así, devolvió Dios a Abimelec el mal que había hecho a su padre, matando a sus setenta hermanos. (Jueces 9, 56)

  • Tenía cuarenta hijos y treinta nietos, que montaban setenta burros. (Jueces 12, 14)

  • Cuando estaban en camino de regreso a Judá, Noemí dijo a sus nueras: «Creo que es mejor que ustedes se vayan a sus casas. (Rut 1, 8)

  • Así fue como Noemí, acompañada de Rut, su nuera moabita, regresó de Moab. Y justo cuando llegaron a Belén estaba comenzando la cosecha de la cebada. (Rut 1, 22)

  • Regresó a la ciudad con la cebada a cuestas y, cuando llegó a su casa, mostró a su suegra lo que había recogido y le entregó lo que había guardado para ella del almuerzo. (Rut 2, 18)

  • En Bet-Semes Yavé hizo perecer a setenta personas que se atrevieron a mirar el Arca. Al ver esto, todo el pueblo se apenó mucho. (1 Samuel 6, 19)

  • Renovaron ambos su pacto ante Yavé. David se quedó en Jarsa y Jonatán regresó a casa. (1 Samuel 23, 18)

  • Cuando Saúl regresó, después de perseguir a los filisteos, se le informó: «David está en el desierto de Engadí.» (1 Samuel 24, 2)

  • David escogió, pues, la peste. Era el tiempo de la cosecha del trigo y Yavé envió la peste durante tres días completos, conforme a lo establecido. Desde Dan a Bersebá murieron setenta mil hombres. (2 Samuel 24, 15)

  • Además, Salomón tenía setenta mil portadores y ochenta mil canteros en la montaña, (1 Reyes 5, 15)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina