Encontrados 134 resultados para: pueden
Lo que el rey pide es imposible y nadie se lo dirá. Sólo los dioses pueden hacerlo, pero ellos no viven entre los hombres.» (Daniel 2, 11)
Y los hijos de Israel serán tan numerosos como la arena del mar, que no pueden contarse ni medirse. Entonces, en vez de decirles: «Ustedes no son mi pueblo», les dirán: (Oseas 2, 1)
Ustedes pueden comerse la carne de mi pueblo, partir sus huesos y echarlos a la olla, (Miqueas 3, 3)
Esto dice Yavé en contra de los profetas que engañan a mi pueblo: Si pueden masticar a dos canillas, anuncian la paz; pero si alguien no les llena la boca, le declaran la guerra. (Miqueas 3, 5)
Mira a tus habitantes: son ahora como mujeres; las puertas de tu país están abiertas, y tus enemigos pueden entrar, el fuego ha devorado tus trancas. (Nahún 3, 13)
Yo se lo digo: si no hay en ustedes algo mucho más perfecto que lo de los Fariseos, o de los maestros de la Ley, ustedes no pueden entrar en el Reino de los Cielos. (Evangelio según San Mateo 5, 20)
Nadie puede servir a dos patrones: necesariamente odiará a uno y amará al otro, o bien cuidará al primero y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero. (Evangelio según San Mateo 6, 24)
No teman a los que sólo pueden matar el cuerpo, pero no el alma; teman más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno. (Evangelio según San Mateo 10, 28)
Raza de víboras, si ustedes son tan malos, ¿cómo pueden decir algo bueno? La boca siempre habla de lo que está lleno el corazón. (Evangelio según San Mateo 12, 34)
Jesús les contestó: «No todos pueden captar lo que acaban de decir, sino aquellos que han recibido este don. (Evangelio según San Mateo 19, 11)
Jesús dijo a los hermanos: «No saben lo que piden. ¿Pueden ustedes beber la copa que yo tengo que beber?» Ellos respondieron: «Podemos.» (Evangelio según San Mateo 20, 22)
Entonces volvió donde los discípulos y les dijo: «¡Ahora pueden dormir y descansar! Ha llegado la hora y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. (Evangelio según San Mateo 26, 45)