Encontrados 59 resultados para: poner

  • Poner fin a las querellas engrandece al hombre; el que no se domina es un tonto. (Proverbios 20, 3)

  • La mujer malvada es como un yugo suelto: poner la mano en él es tan arriesgado como agarrar un escorpión. (Sirácides (Eclesiástico) 26, 7)

  • Respondió Ajaz: «No la pediré, porque no quiero poner a prueba a Yavé.» (Isaías 7, 12)

  • Su respiración es como un torrente que se desborda y que le llega a uno hasta el cuello. El viene para colar a las naciones con un colador muy fino y a poner sus riendas con freno en el hocico de los pueblos. (Isaías 30, 28)

  • Te has levantado contra mí y tus palabras insolentes han llegado a mis oídos; por eso voy a poner un anillo en tus narices y un freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde has venido.» (Isaías 37, 29)

  • Por eso, así habla Yavé: «Voy a poner, por donde pase este pueblo, piedras, para que todos se caigan: padres e hijos, vecinos y amigos, perecerán juntos.» (Jeremías 6, 21)

  • Sí, voy a poner mis ojos sobre ellos, no para su bien sino para su mal. Todos los hombres de Judá que están ahora en Egipto, perecerán a espada y de hambre hasta que se terminen todos. (Jeremías 44, 27)

  • Por eso, si caen a tierra no se levantan por sí mismos; ni por sí mismos se echarán a andar si alguno los pone de pie; y les tienen que poner delante las ofrendas como a los muertos. (Baruc 6, 26)

  • Con los vestidos que quitan a sus ídolos visten a sus mujeres y a sus hijos. Y aunque a los ídolos se les haga algún bien, no pueden premiar o castigar en ningún caso. No pueden poner a un rey ni quitarlo. (Baruc 6, 32)

  • Pero los hijos se rebelaron contra mí, no siguieron mis mandamientos, no observaron mis leyes (esas leyes que el hombre debe poner en práctica para vivir) y no tuvieron respeto alguno por mis sábados. Pensé desencadenar mi cólera contra ellos, derramar mi furor sobre ellos en el desierto, (Ezequiel 20, 21)

  • Después de siglos vas a recibir órdenes, después de muchos años te vas a poner en camino al país cuyos habitantes escaparon a la espada; fueron reunidos de numerosos pueblos en las montañas de Israel, las que estuvieron mucho tiempo abandonadas. Después que se separaron de los demás pueblos, viven todos en paz. (Ezequiel 38, 8)

  • Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y sobre tu ciudad santa para poner fin a la perversidad, para terminar con el pecado, para borrar la ofensa, para instaurar una justicia eterna, para que se cumplan visiones y profecías y sea ungido el Santísimo (Daniel 9, 24)


“É preciso amar, amar e nada mais”. São Padre Pio de Pietrelcina