Encontrados 23 resultados para: ponía

  • Pero si las ovejas eran débiles, no ponía las varas. Así las débiles quedaban para Labán, y las robustas eran para Jacob. (Génesis 30, 42)

  • Yo tenía en la mano la copa de Faraón, y tomando aquellas uvas las exprimía en la copa de Faraón, y ponía la copa en sus manos.» (Génesis 40, 11)

  • Después separó para ellos partes de lo que se le ponía en su mesa, y la porción de Benjamín era cinco veces más grande que la de los demás. Bebieron con él y se sintieron muy alegres. (Génesis 43, 34)

  • Cada vez que Moisés iba a la Tienda de las Citas, todo el pueblo se ponía de pie a la entrada de sus carpas, y los ojos de todos lo seguían, hasta que entraba en ella. (Exodo 33, 8)

  • Además un enrejado de bronce en forma de red, que se ponía debajo del plano del altar y llegaba a media altura. (Exodo 38, 4)

  • Cuando se sentían con fuerza para atacar, Yavé se ponía contra ellos y les mandaba la mala suerte, como se lo había advertido y dicho con juramento. Su situación llegó a ser muy angustiosa. (Jueces 2, 15)

  • Y esto ocurría todos los años cada vez que subía a la Casa de Yavé; la otra la molestaba y ella se ponía a llorar y no quería comer. (1 Samuel 1, 7)

  • Cuando se cortaba el cabello, llegaba éste a pesar cerca de un kilo y medio. Y se lo cortaba una vez al año, porque se le ponía tan pesado que se veía obligado a hacerlo. (2 Samuel 14, 26)

  • Absalón se levantaba muy temprano y se ponía junto al camino que lleva a la Puerta, y cada vez que un hombre venía al tribunal del rey, por algún pleito, lo llamaba y le preguntaba: «¿De qué ciudad eres tú?» Y si el otro respondía: «Soy de una de las tribus de Israel», entonces Absalón le decía: (2 Samuel 15, 2)

  • Cada uno empezó a matar al que se le ponía delante y los arameos dieron vuelta. Israel los persiguió. A Ben-Hadad lo salvó su caballo y se dio a la fuga junto con otros. (1 Reyes 20, 20)

  • Por encima de todo se debe admirar y recordar a la madre de ellos, que vio morir a sus siete hijos en el espacio de un día. Lo soportó, sin embargo, e incluso con alegría, por la esperanza que ponía en el Señor. Llena de nobles sentimientos, (2 Macabeos 7, 20)

  • Así, pues, Judas, llegando de improviso, incendiaba ciudades y pueblos, se apoderaba de los lugares estratégicos y ponía en fuga a numerosos enemigos. (2 Macabeos 8, 6)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina