Encontrados 35 resultados para: perfume

  • Se acercó a él una mujer mientras estaba a la mesa, con un frasco de mármol precioso lleno de un perfume muy caro, y se lo derramó en la cabeza. (Evangelio según San Mateo 26, 7)

  • Este perfume se podía haber vendido muy caro, para ayudar a los pobres.» (Evangelio según San Mateo 26, 9)

  • Al derramar este perfume sobre mi cuerpo, ella preparaba mi entierro. (Evangelio según San Mateo 26, 12)

  • Jesús estaba en Betania, en casa de Simón el Leproso. Mientras estaban comiendo, entró una mujer con un frasco precioso como de mármol, lleno de un perfume muy caro, de nardo puro; quebró el cuello del frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. (Evangelio según San Marcos 14, 3)

  • Entonces algunos se indignaron y decían entre sí: «¿Cómo pudo derrochar este perfume? (Evangelio según San Marcos 14, 4)

  • En aquel pueblo había una mujer conocida como una pecadora; al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, tomó un frasco de perfume, se colocó detrás de él, a sus pies, (Evangelio según San Lucas 7, 37)

  • y se puso a llorar. Sus lágrimas empezaron a regar los pies de Jesús y ella trató de secarlos con su cabello. Luego le besaba los pies y derramaba sobre ellos el perfume. (Evangelio según San Lucas 7, 38)

  • Tú no me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume sobre mis pies. (Evangelio según San Lucas 7, 46)

  • Esta María era la misma que ungió al Señor con perfume y le secó los pies con sus cabellos. Su hermano Lázaro era el enfermo. (Evangelio según San Juan 11, 2)

  • María, pues, tomó una libra de un perfume muy caro, hecho de nardo puro, le ungió los pies a Jesús y luego se los secó con sus cabellos, mientras la casa se llenaba del olor del perfume. (Evangelio según San Juan 12, 3)

  • «Ese perfume se podría haber vendido en trescientas monedas de plata para ayudar a los pobres.» (Evangelio según San Juan 12, 5)


“Façamos o bem, enquanto temos tempo à nossa disposição. Assim, daremos glória ao nosso Pai celeste, santificaremos nós mesmos e daremos bom exemplo aos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina